Inicio RePost Mazzarello se pone en la piel de Gardel en un espectáculo imperdible

Mazzarello se pone en la piel de Gardel en un espectáculo imperdible

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A 90 años de la trágica muerte de Carlos Gardel, el Centro Cultural 25 de Mayo se viste de tango con El Troesma, una obra vibrante y emotiva que celebra el legado del Zorzal Criollo.

Con música en vivo, imágenes y relato, el espectáculo propone un viaje sensible y poderoso por la vida del ícono máximo del tango argentino.

Gardel es eterno. Su voz no solo canta, cuenta quiénes fuimos y quiénes aún podemos ser, afirma Marcelo Mazzarello, creador e intérprete de El Troesma, quien se propuso tender un puente generacional con una puesta que emociona, conmueve y hace pensar.

Carlos Gardel, figura emblemática del tango y símbolo cultural de la Argentina, murió el 24 de junio de 1935 en un accidente aéreo en Medellín.

Noventa años después, su presencia sigue viva en la memoria colectiva y en propuestas artísticas como El Troesma, un unipersonal escrito, dirigido y protagonizado por el actor Marcelo Mazzarello, que busca revivir su espíritu a través de una experiencia escénica integral.

La obra se presenta todos los fines de semana de julio en la sala principal del Centro Cultural 25 de Mayo, en el barrio porteño de Villa Urquiza, y forma parte del programa Cultura Teatral del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

Este ciclo tiene como objetivo acercar propuestas escénicas de calidad a los barrios porteños, con funciones gratuitas y una programación diversa.

El Troesma combina la potencia narrativa de Mazzarello con música en vivo interpretada por la Orquesta del Plata, integrada por músicos de trayectoria como Leandro “Tata” Vílchez en guitarra, Eduardo Avena en percusión, Lucas Gómez en bandoneón, y la coordinación musical de Poly Pérez.

Las voces invitadas de Florencia Lazarte y Luis Correa le aportan calidez y emotividad a una puesta donde cada acorde resuena con la nostalgia de un tiempo dorado.

Las ilustraciones de Flor Argento, proyectadas en escena, aportan un elemento visual que acompaña el recorrido emocional del relato. No se trata solo de contar una biografía, sino de hacerla sentir, de revivir los amores, los miedos, las pasiones y las contradicciones de un ídolo que fue mucho más que un cantor.

A lo largo de la obra, Gardel no es una estatua ni un mito distante, sino un ser humano con deseos, contradicciones y una profunda conexión con su época.

El relato lo vincula con otras figuras clave del tango como Aníbal Troilo y Astor Piazzolla, trazando una línea de tiempo que revela cómo el género evolucionó sin perder su raíz.

“Lo que me movilizó fue la idea de que Gardel todavía tiene cosas que decir. Su historia dialoga con el presente.

Habla del esfuerzo, de la inmigración, del deseo de superarse y de cómo una voz puede atravesar generaciones enteras”, explica Mazzarello en declaraciones para la prensa del Ministerio de Cultura.

La figura de Gardel ha sido estudiada, admirada y a veces incluso discutida, pero siempre vuelve a nosotros, en cada bandoneón que suena en un bar porteño, en cada turista que pregunta por su tumba en el Cementerio de la Chacarita, en cada adolescente que se asombra al escuchar Volver por primera vez.

La puesta logra instalar una pregunta clave: ¿por qué Gardel sigue siendo Gardel? La respuesta no es una sola, pero El Troesma ofrece pistas.

Porque su voz era única, porque supo hacer del tango una forma de arte universal, porque fue pionero en el cine sonoro en español, porque murió joven y en la cima, y porque —como reza el dicho popular— “cada día canta mejor”.

En este contexto, El Troesma no solo es un homenaje, sino también un acto de transmisión cultural. En un mundo donde todo parece efímero, recordar y revisitar figuras como Gardel es también una forma de resistencia, de anclaje en una identidad que nos sigue definiendo.

La obra se enmarca en un programa más amplio impulsado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, que incluye espectáculos como En el aire, con Facundo Arana; Papá Bianco y los Alonsos, con Ingrid Pelicori y Gabriel “Puma” Goity; Llamen a Moe, con Larry de Clay; Muerde, con Luciano Cáceres; y funciones de la Compañía de Títeres del Complejo Teatral de Buenos Aires, entre muchas otras propuestas que giran por los espacios culturales barriales.

Esta decisión de llevar teatro de calidad a los barrios responde a una política pública que busca descentralizar la cultura, acercarla a los vecinos y hacerla accesible.

En este sentido, las entradas para El Troesma son gratuitas y pueden reservarse a través del sistema EntradasBA, lo que facilita el acceso de públicos diversos.

El Troesma es mucho más que una obra sobre Gardel. Es una postal emocional de nuestra identidad, una celebración de lo que somos y de lo que supimos construir como cultura. Porque, aunque pasen los años, mientras alguien cante un tango con el corazón, Gardel seguirá vivo.