
El sábado 9 de agosto, a las 20 horas, el Bar Imperio del histórico Hotel Savoy se vestirá de época para recibir a las Hermanas Rubí, un dúo que rescata con humor, talento y sofisticación la memoria de las grandes cancionistas del tango.
Bajo las pieles artísticas de Veronika Silva y Daniela Horovitz, estas dos intérpretes prometen llevarnos, canción tras canción, a un tiempo donde la voz femenina reinaba en la música ciudadana porteña.
La cita, con entrada gratuita y hasta agotar la capacidad del lugar, es un guiño al espíritu abierto y popular del tango.
“Queremos que el público no solo escuche, sino que viva la experiencia de viajar en el tiempo, con todo lo que eso implica: las voces, los gestos, la forma de contar una historia cantada”, me confesó Daniela Horovitz en una charla previa.
La propuesta no es un recital más. Es un espectáculo teatral y musical que combina interpretaciones fieles con un toque de humor que suaviza la nostalgia y la convierte en un juego cómplice con el público.
En escena, las Hermanas Rubí estarán acompañadas por el guitarrista y arreglador Hernán Reinaudo, cuyo trabajo orquestal logra que cada canción respire con la intensidad de un vivo de época.
En esta presentación, recorrerán el repertorio de figuras legendarias como Rosita Quiroga, Azucena Maizani, Mercedes Simone, Sofía Bozán, Ada Falcón, Libertad Lamarque y Tita Merello, todas mujeres que, entre las décadas del ’20 y del ’40, le dieron al tango un carácter propio y una fuerza interpretativa que todavía hoy se siente vigente.
Con el respaldo del Régimen de Promoción Cultural Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad, las Hermanas Rubí han logrado sostener una propuesta que se ha presentado en escenarios emblemáticos como el Bebop Club y el Café Berlín.
Incluso, llevaron su arte a la Casa América de Madrid dentro del programa Conexión Buenos Aires-Madrid, una iniciativa del Ministerio de Cultura porteño que busca tender puentes culturales con el exterior.
Este año, vuelven a presentarse dentro de la programación de Bares Notables, un circuito que busca revitalizar la identidad barrial y recuperar los espacios que durante décadas fueron epicentro de encuentros, discusiones políticas, charlas de café y veladas artísticas.
El Bar Imperio, donde se desarrollará esta velada, no es cualquier espacio. Ubicado en el corazón de la Avenida Callao, su arquitectura y su atmósfera remiten a los tiempos en que el tango y la vida nocturna porteña se daban la mano.
Cada mesa, cada lámpara, cada detalle del salón parece susurrar historias de otros tiempos, lo que convierte el lugar en un escenario perfecto para que estas canciones vuelvan a cobrar vida.
Quienes aman el tango encontrarán en este espectáculo un homenaje respetuoso y documentado; quienes lo descubran por primera vez, se toparán con un género que no es estático, sino que respira y se transforma.
El humor de las Hermanas Rubí funciona como puente: acerca a las nuevas generaciones a un repertorio que, sin ese guiño contemporáneo, tal vez sonaría demasiado lejano.
También hay algo profundamente feminista en esta propuesta, aunque sus creadoras no lo impongan como bandera explícita.
Al rescatar a estas mujeres del olvido y darles protagonismo, Silva y Horovitz reescriben, desde la música y el teatro, una parte de la historia cultural que a veces se narra solo desde la perspectiva masculina.
Es imposible no pensar en lo que significaba para estas cancionistas abrirse camino en una escena dominada por hombres, lidiar con la censura de la época y construir una carrera a fuerza de talento y carácter.
El programa de Bares Notables, impulsado por el Ministerio de Cultura, es en sí mismo una política de preservación patrimonial. No se trata solo de programar espectáculos, sino de revitalizar espacios que forman parte del ADN porteño.
Desde cafés centenarios en barrios tradicionales hasta bares de época en el centro, cada uno es un escenario vivo donde la cultura se encuentra con la historia.
Como periodista, y sobre todo como porteña, no puedo dejar de valorar este tipo de propuestas. En una ciudad donde la modernidad a veces amenaza con barrer lo antiguo, sentarse en un lugar como el Bar Imperio y escuchar tangos de la voz de dos intérpretes que los reviven con pasión es más que un plan nocturno: es un acto de conexión con nuestra identidad.
En tiempos de prisa y consumo rápido, una noche como esta es una pausa, un respiro y un recordatorio de que lo que somos también se construye con memoria.
Porque, al final, el tango no es solo música. Es una forma de contar quiénes fuimos, quiénes somos y, quizás, hacia dónde vamos. Las Hermanas Rubí lo saben y lo transmiten. Esa noche, más que un show, será una cita con la historia.