
Javier Milei cumplió al pie de la letra con lo que le reclamaban Estados Unidos y el establishment: llamó a un acuerdo político con los gobernadores moderados para debatir después de diciembre las reformas en el Congreso.
De este modo, según expresó La Política on line, el Presidente se mostró moderado en el triunfo y evitó las agresiones contra sus rivales de otros tiempos, pese a que el resultado le aseguró el tercio para no depender de ninguna otra fuerza para sostener sus vetos.
«Hay decenas de diputados y senadores de otros partidos con los que podemos encontrar acuerdos básicos», afirmó Milei en el bunker del Hotel Libertador, diferenciando a esos legisladores de los «inadaptados» del kirchnerismo.
«Nos alegra saber que en muchas provincias la segunda fuerza no fue el kirchnerismo, sino el oficialismo provincial. Oficialismos que son actores racionales, pro-capitalistas y a los que uno más uno les da dos», agregó con cierta ironía.
«Es por eso que queremos invitar a la gran mayoría de los gobernadores que tendrán representación parlamentaria a discutir en conjunto estos acuerdos. En definitiva, ahora sí podremos traducir en leyes las consignas del Pacto de Mayo», completó Milei.
La Libertad Avanza tendrá 93 diputados propios más varios aliados fijos con los que superará los cien. De llegar a acuerdos con los gobernadores podría sumar la mitad de las bancas para el quórum y aprobar proyectos.
En el Senado, Milei tendrá 20 senadores propios y hasta podría acercarse a los dos tercios con acuerdos con el radicalismo y los bloques provinciales. © LPO
El momento en que LLA – PRO anuncia su triunfo en la Provincia de Buenos Aires
Por otro lado, según supo informar la Agencia de Noticias NASA, LLA fue por sorpresa la fuerza más votada a nivel nacional este domingo; la alianza peronista quedó segunda, con 31,67%, y Provincias Unidas -una agrupación de gobernadores que parecía emergen como tercera fuerza- colapsó bajo sus magros resultados.
El triunfo libertario se cimentó en una inesperada remontada en la provincia de Buenos Aires, donde el 7 de septiembre había perdido en las regionales por más de 13 puntos, además de impensados éxitos en Santa Fe, Córdoba y Mendoza. El oficialismo nacional obtuvo 3.581.667 votos (41,45%) y el peronismo 3.540.235 (40,91%) en la provincia de Buenos Aires.
A eso se suma, el contundente triunfo en la Ciudad de Buenos Aires, la capital del país, donde compitió en alianza con el PRO (el partido del expresidente Mauricio Macri), oficialismo allí desde 2007. En la capital, la polémica ministra de Seguridad Patricia Bullrich, candidata al Senado, superó el 50% de votos.
Los guarismos -aunque faltan cómputos- dejarían al oficialismo con un bloque de 93 diputados propios y más de una veintena de aliados del PRO, que se sumaron a sus listas en diversos distritos. Ese espacio oficialista necesitará el apoyo de unos 15 legisladores más para llegar al quorum que le permita aprobar leyes.
El pobre resultado del peronismo enciende aún más la puja por el reinado de esa fuerza de cara a las presidenciales de 2027 y aviva la puja entre Cristina Kirchner de Kirchner -en prisión domiciliaria tras la condena por corrupción- y Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires.
El peronismo ratificó su dominio en Formosa, Tucumán, Catamarca, San Juan, Santa Cruz y La Pampa, aunque por márgenes menores a lo esperado, pues Fuerza Patria -el nombre con que compitió- apenas superó 31″ en todo el país.
En las últimas semanas, el gobierno de Milei recibió una contundente y decidida ayuda de Donald Trump: un paquete de asistencia de 40 mil millones de dólares para apoyar al gobierno durante los próximos dos años de su mandato e, incluso, intervenciones del Tesoro para frenar la disparada del dólar.
Milei llegó a la elección de este domingo con una aprobación del 38%, lo que parecía reflejar el rechazo del electorado a sus políticas de brutal recorte del gasto público (impiadoso con la educación y la salud) y equilibrio fiscal, aunque lograron contener la inflación, y varios hechos de corrupción, entre ellos los lazos de uno de sus candidatos, José Luis Espert, con dinero sucio del narcotráfico.
Incluso, su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, quedó salpicada por un presunto acto de corrupción en la compra de medicamentos por parte del estado y el Gobierno se vio bajo la tempestad de feroces cruces internos y pujas palaciegas.
El presidente se defendió acusando al peronismo de plantar «una guerra sucia» y atemorizó con «el regreso del comunismo» ante una victoria de esa fuerza. Cuando nadie se atrevía a pronosticarlo, el partido de Milei resurgió de esas cenizas y terminó avasallando en las urnas.
Con su tormenta de votos asestó un nuevo golpe al peronismo, especialmente a Kicillof, que en septiembre se había convertido en «presidenciable» con una contundente victoria en las legislativas regionales.
Un anticipo de lo que puede ocurrir mañana en el mercado cambiario lo entregó la cotización del dólar cripto, que bajó 5,18%, de 1,545 pesos a 1.465. Es el tipo de cambio que surge a partir de la compra y venta de stablecoins, criptomonedas diseñadas para mantener paridad con el dólar estadounidense, es la única cotización que opera las 24 horas y puede anticipar los movimientos del mercado cambiario. El dólar cripto dio otro guiño a Milei.
Otro dato significativo de la jornada fue la ausencia de votantes. Se profundizó la deserción, provocando el mayor ausentismo desde el retorno de la democracia (1983), según el informe de la Cámara Nacional Electoral: votó el 66% del padrón, 12 millones de personas no lo hicieron pese a que es obligatorio. Un comportamiento que las analistas señalan como beneficioso para el oficialismo. © ANSA



