
Existe una tumba que nadie puede abrir. Ni tocar. Ni mover. Porque dentro… hay algo que todavía puede matar. Ahí está Richard McKinley, un joven técnico del ejército. Tenía solo 26 años cuando fue enviado a revisar una falla en un reactor nuclear, en Idaho. Era una tarea rutinaria. Pero en segundos… todo explotó. Segú […]
La entrada Murió, lo enterraron y su ataúd fue cerrado con plomo y concreto se publicó primero en Revista “La Piaf”.

