
A partir del próximo lunes 10 de noviembre, la estación Estación Congreso de la Línea A del subte porteño será cerrada durante aproximadamente tres meses para comenzar con una obra de remodelación integral que promete transformar su espacio y optimizar el flujo de pasajeros.
Vamos a intervenir accesos, galerías, escaleras mecánicas y andenes para que la estación sea más cómoda, segura e iluminada, aseguró un vocero de la Subterráneos de Buenos Aires S.E. (SBASE).
El cierre de la estación Estación Congreso se inscribe en el marco del Plan de Renovación Integral de Estaciones impulsado por SBASE en la Ciudad de Buenos Aires.
La intervención reporta una serie de mejoras profundas: trabajos de impermeabilización mediante inyección y tratamiento de juntas, reemplazo completo de pisos, instalación de nuevas luminarias LED, renovación total de señalética y colocación de señalización braille en pasamanos y pórticos.
También se suma el nuevo mobiliario de andén: bancos, cestos de residuos y apoyos isquiáticos que prevén mejorar la accesibilidad para usuarios con movilidad reducida.
Según detallan los planos del proyecto, se abordarán los sectores de vestíbulos, galerías de escaleras tanto peatonales como mecánicas, accesos y andenes.
La finalidad es clara: generar una estación con mejor circulación, mayor orden, más luz y un nivel de confort que hoy la red subterránea demanda. De hecho, SBASE ya había intervenido previamente 11 estaciones —entre ellas Estación Lima, Estación Acoyte (ambas en Línea A), y otras en las Líneas B, C, D y E— que incluyeron similares renovaciones en iluminación, señalética, accesibilidad y pisos.
Se estima que más de 900.000 pasajeros circulan diariamente por toda la red de subtes de la Ciudad, por lo que obras de esta magnitud buscan responder a una demanda creciente de modernización y confort.
El cierre de Estación Congreso se suma al de otras paradas ya clausuradas: Estación Río de Janeiro y Estación Loria en Línea A; Estación Carlos Gardel y Estación Uruguay en Línea B; y Estación Plaza Italia y Estación Agüero en Línea D.
Las obras de impermeabilización, en particular, constituyen un punto clave. Se incluirán tareas de inyección de resinas especiales, tratamiento de juntas de dilatación y uso de productos de última generación para prevenir filtraciones y mejorar la durabilidad de la estructura.
También se sustituirán los pisos, que en muchos casos datan de décadas, por materiales más robustos y antideslizantes, y la instalación de nuevas luminarias LED aspira a reducir consumo energético y aumentar visibilidad.
La señalética renovada contemplará tanto lecturas visuales claras como elementos en braille y apoyos isquiáticos, lo que apunta a una red más inclusiva.
El cronograma prevé además la continuidad del plan en otras estaciones: se encuentran en curso trabajos en Estación Piedras (Línea A), Estación Malabia (Línea B) y Estación Tribunales (Línea D).
Asimismo, se han lanzado licitaciones para renovar las estaciones Estación Medrano y Estación Ángel Gallardo (Línea B), Estación Lavalle e Estación Independencia (Línea C) y Estación General Urquiza y Estación Entre Ríos (Línea E).
Para los pasajeros que habitualmente utilizan la estación Congreso, el cierre implicará reorganizar sus rutas de traslado al centro porteño. Desde SBASE se recomienda anticipar viajes, considerar estaciones alternativas como Estación Pasco o Estación Alberti en la misma Línea A, y prever un mayor tiempo de desplazamiento.
Al mismo tiempo, y aunque el inconveniente temporal es real, la expectativa es que al finalizar la obra el beneficio sea tangible en términos de tiempo, comodidad y seguridad.
De mi parte, como periodista que recorre diariamente la red del subte, me resultó palpable la necesidad de este tipo de intervenciones: escaleras mecánicas lentas, luminarias antiguas que apenas iluminaban los pasillos, y pisos que no respondían a los actuales estándares de mantenimiento.
Este paso representa una modernización esperada por muchos años, aunque genera las molestias propias de un cierre prolongado.
Vale subrayar que el plan no sólo interviene en la estética: la función de impermeabilización y señalización accesible muestra una intención de fondo de que el subte sea un espacio más seguro, eficiente y con mayor vida útil.
Asimismo, el proceso licitatorio abierto para futuras estaciones sienta un precedente de intervención planificada y escalonada, que puede servir como modelo para nuevas obras de infraestructura pública en la ciudad.
En definitiva, la remodelación de la estación Congreso es más que un cierre temporal: es parte de un cambio estructural en la red subterránea que conecta a miles diariamente.
Y aunque el desvío de uno u otro pasajero sea un pequeño inconveniente, al cabo el objetivo es que todos viajemos con mayor tranquilidad, rapidez y confort.
Con la puesta en marcha de esta obra me quedo con la sensación de que la ciudad —aunque tenga que esperar-un-poquito— está dando un paso concreto hacia un transporte público más moderno y accesible.



