El Ministerio de Educación porteño avanzó con la implementación de un nuevo esquema de Pasarelas Educativas orientado a que los estudiantes de escuelas técnicas de nivel secundario puedan continuar su trayectoria en Tecnicaturas Superiores y trayectos de Formación Profesional, garantizando así un puente formativo real, ordenado y con reconocimiento académico efectivo.
Buscamos que la escuela técnica no sea un punto de llegada, sino el inicio de un recorrido formativo más amplio, flexible y conectado con las demandas actuales del mundo del trabajo, sostienen desde la Agencia de Habilidades para el Futuro, organismo que, junto con la Dirección General de Educación de Gestión Estatal, rubricó la Disposición de Firma Conjunta DI-2025-51098456-GCABA-DGAHPEF que formaliza este nuevo marco.
La medida representa un cambio estructural en la manera en que se ordena la continuidad educativa dentro de la modalidad Técnico-Profesional.
Según los anexos oficiales, las Pasarelas Educativas reconocen los saberes específicos que los estudiantes adquieren durante los últimos años de su formación técnica secundaria —particularmente en 5.° y 6.° año— y los validan como equivalencias para acceder a niveles superiores sin duplicar contenidos, esfuerzo ni tiempo de cursada.
Esta decisión busca optimizar el vínculo entre escuela, formación superior y mercado laboral, un eje que en los últimos años viene siendo objeto de debate entre especialistas en educación técnica.
El esquema contempla distintos niveles de articulación, definidos según la correspondencia entre la especialidad técnica cursada en la secundaria y las propuestas académicas posteriores.
En algunos casos, el reconocimiento de equivalencias puede habilitar el ingreso directo a unidades curriculares de Tecnicaturas Superiores, mientras que en otros permite cursar trayectos de Formación Profesional sin requisitos adicionales.
El documento oficial detalla cada tipo de pasarela, los requisitos que deben cumplir las y los estudiantes y las responsabilidades que asumirán las instituciones a la hora de garantizar una transición transparente y ordenada.
Fuentes del Ministerio explican que este sistema responde a una necesidad concreta: “Muchos estudiantes terminaban la secundaria sin tener claro qué alternativas existían para seguir formándose en el mismo campo técnico.
Ahora, con estas pasarelas, queremos que el paso al nivel superior sea simple, conocido y con reglas claras”.
De acuerdo con datos de la Ciudad, más del 70% de quienes egresan de escuelas técnicas manifiestan interés en continuar su formación, pero una parte relevante desiste por falta de información, costos de movilidad, o la percepción de que deberán recomenzar contenidos ya abordados.
Uno de los aspectos centrales de la normativa es que la cursada obligatoria de la escuela técnica no se modifica: los estudiantes continúan con su trayectoria habitual, mientras que la articulación funciona como una oportunidad adicional que se superpone de manera flexible según disponibilidad y decisión personal.
Esto permite evitar tensiones con el régimen académico vigente y, al mismo tiempo, sostener la formación integral que caracteriza a las instituciones técnicas.
Además, la disposición plantea un lineamiento claro para que las instituciones superiores organicen sus ofertas educativas considerando la realidad de las escuelas técnicas.
Esto incluye diseñar módulos adaptados, homologar contenidos, definir equivalencias y ofrecer acompañamiento pedagógico para quienes ingresen por estas pasarelas.
Especialistas del área remarcan que, sin esta coordinación, cualquier intento de articulación suele quedar en declaraciones de principios que no se traducen en beneficios concretos para los estudiantes.
En la Ciudad, la educación técnico-profesional cuenta con más de 30 especialidades —entre ellas Electrónica, Informática, Construcciones, Química, Automotores y Aeronáutica—, y más de 25 mil estudiantes cursan actualmente en escuelas de gestión estatal.
El Ministerio sostiene que la medida permitirá orientar mejor la continuidad formativa hacia sectores productivos donde existe demanda laboral creciente, como tecnología, energías renovables, industria 4.0 y servicios técnicos especializados.
La iniciativa se inscribe en un proceso más amplio de modernización educativa que busca actualizar la formación técnica frente a los cambios tecnológicos y productivos.
En esa línea, desde la Ciudad enfatizan que las pasarelas no solo fortalecen el tránsito hacia niveles superiores, sino que también consolidan una política de reconocimiento de saberes que puede impactar en la empleabilidad de los jóvenes.
Al validar competencias adquiridas durante la secundaria, la medida envía una señal al sector productivo respecto del valor real de la formación técnica.
Para las escuelas, en tanto, el desafío será acompañar estas trayectorias sin sobrecargar a docentes y equipos de orientación, garantizando que cada estudiante pueda tomar decisiones informadas.
Algunas instituciones ya comenzaron a organizar charlas, encuentros con institutos superiores y espacios de tutoría para explicar el alcance de las nuevas equivalencias. La expectativa oficial es que el proceso se consolide durante el ciclo lectivo 2025 y se expanda en los años siguientes.
Con este nuevo esquema, la Ciudad apuesta a consolidar un sistema técnico-profesional más integrado, capaz de conectar formación secundaria, educación superior y mundo laboral en un mismo recorrido continuo.
Las pasarelas educativas, aseguran desde el Ministerio, buscan transformar un tránsito que históricamente fue incierto en un camino claro y con oportunidades concretas para las y los jóvenes.
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