El domingo 21 de diciembre, la Usina del Arte volverá a convertirse en uno de los escenarios centrales de la Navidad porteña con una propuesta pensada para reunir a las familias, activar la creatividad de los más chicos y reafirmar el rol de los espacios culturales públicos como puntos de encuentro.
Durante cinco horas, de 14 a 19, el histórico edificio del barrio de La Boca abrirá sus puertas con música en vivo, talleres participativos y la esperada visita de Papá Noel, en una jornada gratuita organizada por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.
“La idea es que la Usina se transforme, una vez más, en un lugar donde las infancias puedan expresarse y las familias compartir tiempo de calidad”, señalan desde la organización, que diseñó una programación especial con eje en la participación y el juego.
La propuesta no se limita a un espectáculo central, sino que despliega actividades simultáneas en distintos espacios del complejo, con el objetivo de que cada visitante pueda armar su propio recorrido navideño.
En el Salón Mayor, entre las 14 y las 18, los talleres creativos serán protagonistas. De la mano del colectivo Creer para Crear, se desarrollarán actividades pensadas para estimular la imaginación y el trabajo manual, en una época del año donde lo simbólico y lo afectivo cobran especial relevancia.
Uno de los espacios más convocantes será Cartas para Papá Noel, donde los chicos podrán escribir su mensaje, diseñar una tarjeta personalizada en papel kraft y decorarla con hilos, recortes, lentejuelas y distintos materiales.
La experiencia se completa con la entrega de la carta al propio Papá Noel, un gesto que refuerza la ilusión y convierte al taller en un recuerdo tangible.
En paralelo, el taller de Tarjetas navideñas invitará a familias completas a combinar escritura, dibujo y diseño, con plantillas especialmente creadas por las talleristas para acompañar el proceso creativo.
A su vez, en Adornos navideños, los más chicos podrán llevarse a casa sus propias creaciones: desde renos armados con la silueta de sus manos hasta figuras decorativas pensadas para colgar en el árbol.
La lógica de estos espacios no es solo producir un objeto, sino generar una experiencia compartida que fomente la expresión y el intercambio intergeneracional.
La llegada de Papá Noel está prevista entre las 15 y las 17.30 en el Foyer de la Usina del Arte, donde recibirá cartas y se sacará fotos con las familias.
Lejos de ser un simple saludo protocolar, el encuentro se plantea como un momento para hablar de deseos, tradiciones y valores asociados a la Navidad, en un contexto cuidado y accesible. Esta instancia funcionará además como antesala del espectáculo central de la jornada.
A las 18, el Auditorio será escenario de Querido Papá Noel, un espectáculo musical familiar con orquesta en vivo, cantantes y bailarines. La obra propone un recorrido por distintas partes del mundo a través de las cartas que niños y niñas le escriben a Papá Noel, combinando canciones, humor y emoción.
Escrita y dirigida por Chacho Garabal, con dirección musical de Clara Ackermann y dirección de arte y coreografías de Flavia Pereda, la puesta apunta a un mensaje claro: el mejor regalo no está en los juguetes, sino en valores como la solidaridad, la gratitud, la familia y la magia de creer.
Más allá de la programación especial por Navidad, la Usina del Arte mantendrá activas sus propuestas habituales, que refuerzan su perfil como espacio cultural integral para las infancias.
Entre ellas se destaca iUpiiiii, el primer espacio cultural de la Ciudad especialmente diseñado para la primera infancia, y el Ludo-Espacio, un sector permanente con juguetes didácticos y juegos de mesa que invita a aprender jugando.
También se ofrecerán las visitas guiadas Cazadores de Sonidos, una experiencia lúdica donde los chicos descubren, a través del juego y la exploración, los sonidos del pasado fabril y del presente artístico del edificio, creando paisajes sonoros mientras conocen la historia del lugar.
Desde mi mirada como cronista cultural, resulta significativo que una celebración tradicional como la Navidad se articule desde una política pública que pone el acento en el acceso, la creatividad y el encuentro.
En un contexto donde muchas actividades recreativas quedan condicionadas por el costo, la propuesta de la Usina del Arte reafirma la importancia de los espacios culturales estatales como plataformas de inclusión y construcción de comunidad.
La jornada del 21 de diciembre se presenta, así, como una invitación a vivir la Navidad desde el juego, la música y los valores compartidos, recuperando el sentido colectivo de una fecha que trasciende lo individual y encuentra en la cultura un lenguaje común para todas las edades.
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