En los últimos meses, un método de limpieza sencillo y económico comenzó a ganar popularidad entre quienes prefieren soluciones naturales: frotar media cebolla sobre las rejillas de ventilación, desagües y salidas de aire del hogar. Aunque suena extraño, este truco se ha vuelto tendencia por su eficacia para mejorar el olor ambiente, remover grasa acumulada y dejar las superficies más limpias sin necesidad de productos químicos.
El procedimiento no tiene mayor misterio. Basta con cortar una cebolla por la mitad y pasar la parte jugosa directamente sobre la rejilla previamente despejada de polvo. El jugo que desprende actúa como un agente desinfectante natural, ideal para zonas donde se concentran humedad, grasa o residuos orgánicos. Tras dejarla actuar algunos minutos, solo hace falta cepillar o limpiar con un paño húmedo para retirar la suciedad que se desprende con facilidad.
Uno de los beneficios más mencionados de este truco es su capacidad para neutralizar olores fuertes, especialmente en áreas como la cocina o el baño. La cebolla contiene compuestos sulfurados que, lejos de dejar un olor fuerte, ayudan a contrarrestar aromas persistentes y a mantener el ambiente más fresco. También contribuye a combatir bacterias y hongos que suelen proliferar en rejillas poco ventiladas o con restos de humedad.
Además de su poder desinfectante, muchos destacan que la cebolla ayuda a deshacer la capa de grasa que queda adherida en rejillas de campanas extractoras o ventilaciones. Es una opción práctica, accesible y ecológica que se ha vuelto favorita para limpiezas rápidas, especialmente para quienes buscan métodos económicos y sin químicos agręsivos.
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