
Un robo al voleo en pleno microcentro porteño, a metros del Obelisco y en una de las esquinas más transitadas de la Ciudad, terminó con dos jóvenes detenidos gracias al seguimiento en tiempo real del sistema de cámaras y a la rápida intervención policial dentro del subte.
La secuencia, registrada por el Centro de Monitoreo Urbano, volvió a poner en primer plano el rol de la tecnología aplicada a la seguridad.
“En cuestión de minutos, el delito fue detectado, seguido y neutralizado”, fue la síntesis que repitieron desde el área de Seguridad porteña al reconstruir un episodio que comenzó en la superficie y finalizó bajo tierra, en uno de los nodos de transporte más concurridos de Buenos Aires.
El hecho ocurrió en la intersección de la avenida Roque Sáenz Peña y Esmeralda, una zona de alto tránsito peatonal y turístico, donde las cámaras captaron a dos hombres que caminaban de manera errante hasta identificar a su víctima: una mujer que circulaba sola.
Según las imágenes, uno de los sujetos se acercó por detrás y, tras un manotazo directo al cuello y un breve forcejeo, logró sustraerle una cadenita. Acto seguido, ambos escaparon a la carrera.
La huida no fue azarosa. Los sospechosos se dirigieron rápidamente hacia la boca de acceso a la estación Diagonal Norte de la Línea C de subterráneos, buscando diluirse entre los pasajeros.
Sin embargo, cada uno de sus movimientos ya estaba siendo observado desde el Centro de Monitoreo Urbano, donde los operadores activaron de inmediato el protocolo de alerta y dieron aviso por frecuencia policial.
Mientras se difundían las descripciones físicas y de vestimenta de los autores, el seguimiento por cámaras permitió reconstruir el trayecto completo dentro del sistema de transporte subterráneo.
Las imágenes mostraron cómo los individuos se desplazaban por los pasillos de combinación del nodo Obelisco, uno de los puntos neurálgicos del subte porteño, hasta que finalmente fueron ubicados cuando ingresaban a la estación 9 de Julio de la Línea D.
Con esa información precisa, efectivos del Despliegue de Intervenciones Rápidas (DIR) de la Policía de la Ciudad fueron guiados hasta el andén, donde lograron interceptar a los sospechosos sin que se produjeran incidentes ni riesgos para los usuarios del servicio.
Ambos jóvenes, de 20 y 18 años, fueron detenidos en el lugar, mientras otro móvil policial se dirigía a tomar contacto con la damnificada para brindarle asistencia y acompañamiento.
El episodio volvió a exhibir la articulación entre monitoreo tecnológico y presencia policial en calle, un esquema que las autoridades porteñas destacan como eje central de su política de seguridad urbana.
En ese sentido, el ministro de Seguridad, Horacio Giménez, remarcó que “este es el trabajo que todos los días realiza la Policía de la Ciudad”, y subrayó la coordinación permanente entre los operadores de cámaras y los efectivos desplegados en el territorio.
Según detalló el funcionario, la Ciudad sumó recientemente 1.200 nuevas cámaras al Sistema de Videovigilancia, que fueron instaladas estratégicamente en base al Mapa del Delito y a los reclamos vecinales.
La zona del microcentro y los accesos al subte figuran entre los puntos considerados sensibles por la alta circulación de personas y la reiteración de robos de modalidad rápida, como arrebatos y hurtos.
Desde el ámbito judicial, las actuaciones quedaron en manos del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 21, a cargo del doctor Marcos Fernández, con intervención de la Secretaría Nº 165 del doctor Fernando Rinaldi.
Tras las consultas de rigor, se dispuso caratular la causa como “Robo” y se avalaron las detenciones de ambos imputados, quienes quedaron a disposición de la Justicia.
Este tipo de hechos, aunque breves en su ejecución, generan un fuerte impacto en la percepción de seguridad, especialmente en zonas emblemáticas y de gran afluencia.
La posibilidad de reconstruir el delito paso a paso, incluso dentro del subte, marca una diferencia sustancial respecto de años anteriores, cuando muchos de estos robos quedaban impunes por la rapidez de la fuga.
La detención de los dos jóvenes en cuestión de minutos, desde la superficie hasta el andén, expuso una vez más cómo el uso intensivo de cámaras y la reacción inmediata pueden torcer el desenlace de un delito urbano.
En un escenario complejo, donde el microcentro concentra tránsito, turismo y actividad comercial, la coordinación entre tecnología y fuerza policial aparece como una herramienta clave para prevenir y responder frente al delito.
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