
En medio de un otoño con temperaturas inusualmente variables, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió una alerta por lluvias y vientos fuertes que podrían impactar en el Área Metropolitana de Buenos Aires durante las próximas horas.
Desde el Gobierno porteño insisten en la necesidad de extremar precauciones, tanto al circular por la vía pública como en el mantenimiento de balcones y terrazas.
“El agua acumulada en la vía pública no solo dificulta el tránsito, también puede ocultar bocas de tormenta abiertas u otros peligros”, advirtió una fuente del área de Defensa Civil, consultada esta mañana. La recomendación central: salir solo si es estrictamente necesario y, de hacerlo, evitar las calles anegadas.
Las lluvias fuertes y los vientos con ráfagas superiores a los 60 kilómetros por hora pueden provocar anegamientos temporarios, caída de ramas, objetos sueltos e incluso interrupciones en el suministro eléctrico.
En este contexto, las autoridades municipales difundieron una serie de medidas preventivas básicas que pueden evitar accidentes y daños materiales.
Desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana se recordó que muchas emergencias durante temporales se originan por objetos mal asegurados en ventanas o balcones: “Es clave que las personas retiren macetas, sillas, adornos y cualquier otro elemento que pueda ser arrastrado por el viento”, remarcaron. El mismo cuidado aplica a toldos y persianas, que deben permanecer bien sujetos.
Además, se pidió colaboración a los vecinos en la limpieza de rejillas y desagües pluviales, ya que la acumulación de hojas y residuos suele generar taponamientos que agravan el riesgo de inundación. Según estadísticas oficiales, cerca del 60% de los anegamientos en la Ciudad se deben a sumideros obstruidos.
La Dirección General de Defensa Civil también informó que se reforzarán los equipos de monitoreo y atención de emergencias ante posibles llamados al 103, la línea gratuita para reportar incidentes relacionados con el clima. Asimismo, el SAME está en alerta preventiva para atender cualquier situación que requiera intervención médica rápida.
En relación al tránsito, desde la Secretaría de Transporte se recomendó no utilizar vehículos particulares si no es imprescindible, ya que durante las tormentas disminuye significativamente la visibilidad y aumenta el riesgo de choques o siniestros viales. “Conducir con precaución, luces encendidas y a baja velocidad es esencial para evitar accidentes”, indicaron voceros del área.
En barrios como Belgrano, Villa Urquiza y Núñez, donde históricamente se registran anegamientos por su cercanía con los arroyos subterráneos, cuadrillas del Gobierno porteño ya trabajan preventivamente en la limpieza de sumideros y bocas de tormenta.
La Ciudad de Buenos Aires cuenta con más de 30 estaciones de bombeo pluvial, pero su efectividad depende también de la conciencia y participación ciudadana.
El panorama meteorológico actual forma parte de una tendencia más amplia que preocupa a especialistas: el aumento de fenómenos climáticos extremos vinculados al cambio climático.
Las lluvias intensas en cortos períodos de tiempo, los vientos huracanados y los veranos prolongados son parte de una nueva normalidad que exige repensar la infraestructura urbana y las políticas públicas.
Por eso, mientras esperamos la llegada de este frente de tormenta, es importante no subestimar la alerta. Las tormentas no siempre son sinónimo de catástrofe, pero sí pueden provocar daños graves si no se toman las precauciones adecuadas. Y en estos casos, la prevención marca la diferencia.
Como periodista y vecino, sé que muchas veces minimizamos estas advertencias hasta que vemos el agua entrando por la puerta o una maceta volando desde el décimo piso. Ojalá esta vez seamos más conscientes, actuemos a tiempo y evitemos que la tormenta nos tome por sorpresa.