
La inseguridad volvió a golpear con fuerza en la Ciudad: dos jóvenes delincuentes con un frondoso prontuario fueron detenidos en Barracas luego de asaltar a mano armada a una chofer de una aplicación de viajes y robarle su vehículo.
El operativo, desplegado por la Policía de la Ciudad, permitió no solo recuperar el auto en cuestión, sino también poner tras las rejas a un prófugo por homicidio y a su cómplice, ambos con un extenso historial de delitos cometidos desde que eran menores de edad.
“Es un ejemplo claro de cómo la reincidencia delictiva se repite una y otra vez, incluso con personas que acumulan más de una decena de causas y que, pese a su corta edad, ya tienen antecedentes de máxima gravedad”, confió a este medio una fuente policial cercana a la investigación.
Los hechos ocurrieron en cuestión de minutos. La víctima, una mujer de 46 años que trabaja como chofer de una aplicación de transporte, relató que dos hombres abordaron su Chevrolet Tracker en la esquina de Herrera y Aristóbulo del Valle.
El viaje transcurrió normalmente durante unas veinte cuadras, hasta que al llegar a California y Río Limay, uno de los falsos pasajeros desenfundó un arma de fuego y la obligó a entregar el vehículo bajo amenaza de disparar.
Aturdida pero con sangre fría, la mujer se dirigió hasta la Comisaría Vecinal 4 D, ubicada en Blandengues y California, donde alertó a los oficiales sobre lo ocurrido. Inmediatamente se dio la alarma radial y se organizó un operativo cerrojo en las calles aledañas.
La rápida respuesta permitió interceptar el vehículo a pocas cuadras, en Santa Elena y el camino costero del Riachuelo. Allí, a escasa distancia, también se logró la detención de los sospechosos, identificados como dos jóvenes de 21 y 18 años.
La sorpresa para los uniformados llegó al momento de chequear la identidad de los detenidos. El mayor de ellos contaba con un pedido de captura vigente por homicidio simple desde el 30 de abril de este año, requerido por el Juzgado en lo Criminal y Correccional N°7.
Además, arrastraba un extenso prontuario: diez causas por robo, robo agravado y robo en poblado y en banda, con registros que se remontan a 2019, la mayoría cometidos cuando aún era menor de edad.
Su cómplice, de apenas 18 años, tampoco era ajeno al mundo del delito: tenía seis antecedentes por robo, todos cometidos durante 2024, también en su mayoría mientras era menor. En conjunto, entre ambos sumaban dieciséis causas, lo que confirma una preocupante tendencia a la reincidencia juvenil.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la discusión acerca de la baja edad de imputabilidad y la dificultad que enfrenta la Justicia a la hora de frenar el accionar de quienes, pese a acumular causas, continúan en libertad hasta llegar a delitos más graves.
En el ámbito judicial se remarca que muchas veces los adolescentes reciben penas excarcelables, lo que les permite reincidir casi de inmediato.
Vecinos de la zona señalaron que los robos a choferes de aplicaciones se repiten con frecuencia. “Hace meses que venimos denunciando que esta modalidad delictiva está en aumento, sobre todo en barrios como Barracas, Pompeya y la zona sur de la Ciudad”, afirmó un referente barrial.
La situación preocupa no solo por la violencia empleada, sino también por la vulnerabilidad de los trabajadores de plataformas digitales, que suelen manejar en horarios nocturnos y por calles poco transitadas.
De acuerdo con datos oficiales, en lo que va del año se registraron más de 400 denuncias por asaltos a conductores de aplicaciones en la Ciudad de Buenos Aires, una cifra que representa un aumento del 18% respecto del año pasado.
En la mayoría de los casos, el modus operandi es similar: los delincuentes solicitan un viaje desde una cuenta falsa, se hacen pasar por pasajeros y, en un momento determinado del recorrido, exhiben un arma para despojar al conductor del auto o de sus pertenencias.
El procedimiento de este sábado en Barracas se suma a una serie de operativos recientes en los que la Policía de la Ciudad logró detener a delincuentes vinculados a esta modalidad.
No obstante, especialistas en seguridad advierten que mientras no haya una política integral que combine prevención, control judicial efectivo y un abordaje serio sobre el delito juvenil, estas escenas seguirán repitiéndose.
Finalmente, los dos detenidos quedaron a disposición de la Justicia, mientras que la mujer recuperó su vehículo sin sufrir lesiones físicas, aunque con un fuerte impacto emocional. “Tuve miedo de no salir viva, me apuntaron directo a la cabeza. Solo pensé en mis hijos”, declaró la víctima tras el hecho.
Este caso, más allá de la acción policial, deja al descubierto una problemática más profunda: jóvenes que entran en el circuito delictivo desde la adolescencia y que, pese a acumular antecedentes graves, permanecen activos en las calles. Una señal de alarma para toda la sociedad porteña.
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