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Avenidas Porteñas: un nuevo pulso urbano para Buenos Aires

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Con el foco puesto en la movilidad, el ambiente y la calidad de vida, el Gobierno de la Ciudad impulsa una transformación integral de las avenidas, comenzando por Caseros, Independencia y Pérez Galdós.

La Ciudad de Buenos Aires está rediseñando su entramado vial con un proyecto ambicioso: “Avenidas Porteñas”. El plan, que ya comenzó a implementarse en importantes arterias del sur porteño, no solo busca mejorar el tránsito, sino también jerarquizar el espacio público, aumentar la presencia peatonal y reverdecer la ciudad.

“La transformación de las avenidas tiene que ver con una mirada más integral de la ciudad. No se trata solo de asfaltar, sino de entender cómo se vive, se transita y se respira en cada barrio”, me comentó un urbanista del equipo de planificación urbana del GCBA, en una charla informal pero reveladora.

Durante años, las avenidas porteñas han sido mucho más que rutas de tránsito: son espacios de encuentro, de comercio, de vida cotidiana. Sin embargo, su diseño tradicional priorizó los vehículos por sobre las personas. El programa “Avenidas Porteñas” propone revertir esa lógica.

Entre las principales acciones del proyecto, se destacan:

  • Rediseño del espacio vial: reorganización de carriles, mejoras en la señalización y reducción del espacio dedicado exclusivamente a automóviles.

  • Nuevos bulevares verdes: el caso más emblemático es el de Avenida Caseros, entre Av. Entre Ríos y Santiago del Estero, donde se construirá un boulevard central con nuevos árboles, bancos y veredas ampliadas.

  • Sombra y confort climático: el arbolado propuesto no solo embellece sino que combate las islas de calor, reduciendo la temperatura urbana en verano.

  • Aumento del tiempo de permanencia peatonal: se promueve una circulación más segura y amigable, ideal para la caminata, el descanso y la convivencia barrial.

  • Mejora del flujo vehicular: aunque parezca contradictorio, al ordenar el tránsito y reducir conflictos, el flujo de autos también mejora, especialmente en horarios pico.

Este modelo ya se está aplicando también en la Avenida Independencia, y se prevé que en los próximos meses comiencen las obras en la Avenida Pérez Galdós. “Queremos que cada avenida exprese su identidad barrial, que no sean solo ejes de paso sino protagonistas de la vida urbana”, explicó otro funcionario del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana.

Como cronista, caminar por Caseros mientras los obreros demarcan el nuevo boulevard, los vecinos se asoman curiosos y los árboles recién plantados comienzan a echar raíces, me permite ver cómo una idea se convierte en realidad. Esta transformación va más allá del cemento y el diseño: toca fibras sensibles como la pertenencia, el disfrute del espacio compartido y la necesidad urgente de ciudades más humanas.

En definitiva, las avenidas están dejando de ser simples corredores vehiculares para convertirse en escenarios del día a día ciudadano. Y en esa transformación, cada paso –y cada sombra nueva que nos cobije del sol porteño– cuenta.