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Buenos Aires y Bolonia firman un acuerdo cultural y de memoria

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En un gesto que fortalece la diplomacia cultural y la memoria compartida, Buenos Aires y Bolonia firmaron un acuerdo de colaboración que promete estrechar lazos históricos y proyectar nuevas iniciativas conjuntas en cultura, derechos humanos y desarrollo urbano sostenible.

Este acuerdo consolida una cooperación cultural basada en el respeto a la memoria, la creatividad y el compromiso ciudadano, expresó Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad, quien firmó el convenio junto al alcalde de Bolonia, Matteo Lepore, en la histórica Sala Roja del Palazzo d’Accursio.

Desde el corazón del casco histórico de Bolonia, en la imponente Sala Roja del Palazzo d’Accursio, se selló un pacto que trasciende la diplomacia formal y se inscribe en una línea de cooperación profunda y simbólica.

Gabriela Ricardes, ministra de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, y Matteo Lepore, alcalde de la ciudad italiana, formalizaron un acuerdo de amistad y colaboración que articula el trabajo conjunto en distintas áreas estratégicas: la circulación de obras teatrales, la restauración cinematográfica, la memoria democrática, el desarrollo urbano sostenible y el turismo de raíces.

El vínculo entre ambas ciudades no es nuevo. A lo largo de las décadas, Buenos Aires y Bolonia han compartido migraciones, expresiones culturales y una historia marcada por el compromiso con los derechos humanos.

Lo que este acuerdo busca es consolidar ese camino conjunto y proyectarlo hacia el futuro, con especial énfasis en la circulación de bienes culturales, la cooperación entre instituciones y la generación de redes internacionales.

Uno de los aspectos más relevantes del convenio es la articulación entre el Parque de la Memoria, ícono porteño de homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado, y el Polo de la Memoria de Bolonia, una institución que se encuentra en proceso de consolidación en Italia.

Este eje apunta a fortalecer los lazos entre ciudades que han vivido procesos traumáticos, a fin de construir herramientas comunes para la transmisión de la memoria, con enfoque intergeneracional.

Matteo Lepore no dudó en destacar el rol de Buenos Aires en esta materia: “Buenos Aires es un punto de referencia por el trabajo que ha hecho en memoria.

En Italia estamos aún transitando ese camino. La posibilidad de construir redes entre ciudades que han vivido tragedias similares es una responsabilidad ética con nuestras comunidades, actuales y futuras”, afirmó con convicción.

En el terreno cultural, el acuerdo pone el foco en la ópera y el teatro lírico, dos disciplinas con fuerte tradición tanto en la Argentina como en Italia.

El intercambio de producciones, artistas y contenidos permitirá enriquecer las carteleras de ambas ciudades, al tiempo que se generarán instancias de formación, colaboración y circulación de talento.

También se incluye una cooperación cinematográfica, con énfasis en la restauración y el acceso a materiales patrimoniales.

La dimensión editorial no queda fuera. La articulación entre ferias del libro y encuentros literarios será otro pilar, orientado a visibilizar a autores emergentes, fomentar la traducción de obras y abrir nuevos mercados para el sector editorial independiente, uno de los más vitales de la cultura porteña.

El convenio también contempla la promoción de la ciudadanía activa, con acciones dirigidas especialmente a jóvenes, personas mayores y sectores vulnerables.

Se trata de fomentar el acceso a la cultura y el ejercicio de los derechos culturales como parte de una política pública inclusiva y con mirada social.

Además, se impulsará el turismo de raíces, una tendencia creciente que busca reconectar a los descendientes de migrantes con las ciudades de origen de sus antepasados.

En este sentido, la enorme comunidad ítalo-argentina, y en particular los descendientes de emigrantes de la región de Emilia-Romaña, encuentra en este acuerdo una oportunidad para reactivar vínculos personales, históricos y culturales.

Con una duración inicial de cinco años, el acuerdo será coordinado por equipos institucionales de ambas ciudades, en colaboración con universidades, asociaciones culturales, colectivos artísticos y organizaciones de la sociedad civil.

La idea es que la participación no quede restringida al ámbito gubernamental, sino que se nutra de la riqueza del entramado social y cultural que caracteriza tanto a Buenos Aires como a Bolonia.

“Tal como plantea el jefe de Gobierno Jorge Macri, nuestra política cultural apuesta a tender puentes, generar oportunidades e impulsar vínculos duraderos con ciudades que comparten una visión de futuro”, agregó Ricardes, dejando en claro que esta iniciativa se enmarca en una estrategia más amplia de internacionalización de la cultura porteña.

En tiempos donde el aislamiento y el repliegue nacionalista aparecen como tentaciones, este acuerdo entre dos ciudades con fuerte identidad y vocación democrática actúa como un antídoto: promueve el diálogo, la cooperación, la construcción conjunta de memoria y la circulación de cultura como herramientas de transformación.