
Por Vera Lauckner. Hace tiempo, cuando la mayor preocupación era llegar a ver los dibujitos mientras tomabas la merienda, te enseñaron que con la comida no se juega. Crear personajes, siluetas, experimentar, armar una historia no era una opción: del plato a la boca, sin chistar.
Fantaseabas con una guerra de comida, como en los comedores escolares de las películas, pero lo más cerca que estabas de ver un alimento volando era el avioncito que hacía tu abuela para que abrieras la boca.
En las fiestas de cumpleaños, cuando la mirada adulta desaparecía, clavabas unos palitos y papas fritas sobre un chizito para armar una hermosa mariposa. Una obra de arte digna de museo.
Pero en estos tiempos, donde algunos tabúes y prohibiciones se han ido desvaneciendo, la comida está más creativa que nunca. El kyaraben, una tendencia en Japón, abrió puertas a que esos niños frustrados puedan animarse como adultos a dibujar con sus ingredientes.
Kyaraben: ¿qué es eso?
El kyaraben es una movida que nace de la palabra “personaje” y está inspirada en los protagonistas del anime y manga, o sea, las series animadas y las “historietas” típicas de este país de Oriente.

“Es algo muy específico, vinculado a la cultura pop del cómic japonés. Es una forma de reproducir esa cultura en la cocina”, explica Roger Ortuño Flamerich, sommelier, publicista y experto en gastronomía de Japón.
Pikachu y Hello Kitty son quizás los más conocidos dentro de este mundo lleno de personajes donde el arroz, el alga nori y los vegetales pueden darle una nueva cara a tu almuerzo.
Como este osito hecho de arroz, durmiendo la siesta con una manta de huevo, una creación de @kohcooking. Este joven japonés tiene más de un millón de personas que lo siguen en Tik Tok para ver cómo le da vida a sus comidas.

En su caso, la base principal de los platos es el arroz, pero -como siempre en la cocina- las posibilidades son infinitas.
Laleh Mohmedi es conocida en esa misma red social como Jacobs food diaries por “hacer la comida saludable más divertida”. La guerra de las galaxias, Los Simpsons, Scooby Doo y Garfield son algunas de sus creaciones recientes, hechas solo de ingredientes comestibles.
¿Comida para niños o adultos?
El kyaraben nació a partir de otra comida típica japonesa: el bento, que son cajas a base de arroz y otros ingredientes que cumplen una función similar a las viandas.
“El bento está muy extendido para todas las edades en Japón, para comer fuera de casa, en el colegio o el trabajo. La gracia del bento es la suma de pequeñas comidas. De hecho, a veces son sobras de otro plato”, dice Ortuño Flamerich.
Roger la tiene muy clara con la gastronomía japonesa. Hace 20 años comenzó con su página web comerjapones.com y hace poco lanzó un diccionario donde podés encontrar los significados de estas palabras y muchas más.
Dice que la versión kyaraben del bento, o sea con personajes, “es más simpática para los niños”.

“Convertir un ingrediente, como el arroz, con un colorante o la forma en que se cortan las verduras hace que la comida entre por los ojos. Es una forma de hacer que incorporen a su dieta alimentos que no son tal vez los preferidos”, asegura.
En eso coincide Elzita Borges, nutricionista especializada en alimentación infantil, que señala que “los chicos son muy visuales”.
Hacer dibujos o figuras “es un buen recurso para mejorar la aceptación de la comida, sobre todo si son platos saludables, porque a veces en su versión original los rechazan”.
Arte con comida
Alguien que sabe del tema es Harley, un “artista de la comida”. En su cuenta de Instagram que deslumbra a más de 40 mil seguidores, Harley “convierte lo comestible en inolvidable”, dice.
En una versión más occidental de la comida con figuras, usa fiambres, pastas, frutas y vegetales para reproducir personajes de películas de Disney, Nickelodeon y hasta personalidades famosas, como Beyoncé y la Reina de Inglaterra.
Por ejemplo, hizo una versión de Mufasa, personaje de la película El Rey León, con mucha panceta, puré de papas y detalles que logró con salsa de soja, berenjenas, peras y hongos.
“Empecé a hacer arte con la comida hace nueve años, después de ver una exhibición fotográfica sobre el tema en Nueva York. Quedé asombrado con esto que combinaba dos cosas que amo: arte y comida. Esa misma noche creé mi propia pieza”, cuenta Harley.

La pregunta del millón es: ¿alguien se come eso? La respuesta es sí. A veces.
“Depende de la pieza. Algunas veces me la como yo, otras veces mi hija. Muchas veces reutilizo los ingredientes para hacer otras piezas o los cocino por separado”, señala.
Conclusión: no hay edad para divertirse con la comida.
Para gustos, los colores
Acá en Argentina también tenemos artistas culinarios, como es el caso de Cusi. Madre y cocinera, puso toda su creatividad para hacer los platos más simpáticos que vas a encontrar en internet.
Si bien no actualiza su página de Instagram hace más de un año, la red social nos permite seguir disfrutando de su trabajo cual galería de arte.
Uno de sus trabajos más impresionantes es un ave hecha enteramente con semillas que fueron ¡individualmente colocadas! De girasol, sésamo negro, zapallo y lino. Y decoró con cebolla de verdeo.
Como su objetivo es que sus hijos coman sano y se amiguen con la comida, Cusi encuentra en los animales una cara más agradable. Por ejemplo, invita a la mesa a perritos hechos de coliflor y repollitos de Bruselas, y para el postre convoca a leones de mandarinas y ananá.

Sobre eso, la nutricionista Borges advierte que no todo el mundo tiene tiempo para armar figuras con la comida. Y aún en ese caso, menos puede ser más.
“Siempre digo que cuiden la presentación pero que no se pongan a dibujar todos los días, porque después quizás el niño no lo acepta y es frustrante”, comenta.
Algunos tips para tener en cuenta a la hora de preparar un plato divertido es saber que los colores y las texturas influyen mucho en los niños a la hora de comer.
Por ejemplo, todo lo que es crocante, amarillo o blanco, llama mucho la atención de chicos y chicas, como los fideos, la papa y el yogur.
En cambio, las comidas marrones y de textura gomosa generan más rechazo, igual que lo rojo y naranja, como zanahoria o morrón. Aunque el premio al más odiado se lo lleva el verde, algo que cualquiera con hijos y sobrinos puede confirmar en la mayoría de los casos.
“Lo verde tiene un rechazo natural porque hay un registro que quedó de la época de recolectores. Por eso tienden a no aceptar ensaladas, pero hay que trabajar y a largo plazo, al repetir esa actividad se vuelve algo seguro y amigable”, dice Borges.

El que es campeón el mundo come como quiere
Recrear imágenes en el plato no es solo para los niños y El Antojo lo sabe bien.
Cuando salimos campeones y 5 millones de personas coparon la calle para festejar la Copa del Mundo Qatar 2022, este local de comida no perdió el tiempo y se animó a hacer magia con sus milanesas.
Ganadores de “La Mejor Milanesa de Buenos Aires”, no les alcanzó con ese reconocimiento y quisieron homenajear al mejor del mundo, Lionel Messi, al recrear su cara sobre uno de sus platos clásicos, que llamaron la milamessi.
Dato no menor: la comida preferida del astro del fútbol mundial son las milanesas napolitanas, hechas por su mamá, Celia. ¡Dibuje, maestro! © Vinómanos.
La entrada Cinco pruebas de que la comida puede ser divertida se publicó primero en Periodismo del Mercosur.