El secretario general de los gastronómicos porteños criticó ante delegados y otros afiliados del gremio el hecho de “ir a una interna en vez de discutir los salarios” del sector. Dante Camaño, que encabezará la “Lista Gris” acusó a “algunos miserables” que, dijo, “quieren quedarse con el dinero de los trabajadores”. El dirigente también se manifestó “orgulloso” de la transparencia que puede exhibir su sindicato.
En el anfiteatro “Aníbal Troilo” de los gastronómicos porteños Dante Camaño lamentó el momento en el cual un sector minúsculo del sindicato decidió abrir la lucha interna. El dirigente se manifestó “triste y sorprendido” por esa decisión, tomada en un momento crítico del sector, asolado por la tremenda caída del empleo a raíz de la pandemia. Tras hacer énfasis en que el último balance de UTHGRA Capital “es el mejor de los últimos 40 años”, Camaño destacó también la muy buena administración que tiene su sindicato.
Nadie podrá decirles que acá hay corrupción o que acá se roba”, dijo el sindicalista a la concurrencia, tras lo cual explicó cómo su administración protegió los bienes y el dinero de la seccional de la crisis generada tras la derrota del macrismo en las PASO de 2019. En otro orden, Camaño calificó a la nueva oposición como “vil y rastrera” y recordó que en los momentos de crisis –como el presente- “afloran las miserias humanas”. Aunque dijo estar convencido de que éste no es momento de hacer elecciones sino “de solucionarle los problemas a la gente, o al menos aliviarlos”, Camaño aceptó de buen grado tener que ir a las urnas y, en clara alusión a la inminente campaña electoral, pidió: “No insulten, no agravien y, sobre todo, no presionen a los compañeros y mucho menos a los más nuevos”.
El dirigente aseguró que fue, precisamente, la buena administración lo que llevó a “algunos sinvergüenzas” a “querer quedarse con el dinero” que el gremio tiene ahorrado. Sin embargo, dijo que a esos “miserables” “no va a resultarles tan fácil robarle la plata a esta seccional”. En su exposición, Camaño también admitió problemas de la obra social para poder dar respuesta a toda la demanda que hoy existe. Pero recordó que el gremio estuvo casi dos años parado, casi sin recibir aportes y subrayó que ahora son muchos los afiliados que reclaman una atención –estudios, intervenciones, análisis y demás- que vinieron postergando desde comienzos del 2020.
Tras criticar al gobierno por sus mensajes ambiguos respecto de la pandemia –“Mientras nos piden que nos cuidemos hacen actos multitudinarios sin cuidado alguno”, dijo- volvió a la carga contra sus opositores, al afirmar que “el buen balance que tuvimos fue un queso que despertó a los roedores”. Luego de señalar que los cambios a los que obligó la pandemia afectaron negativamente a su sector (el gran cierre de establecimientos en el centro porteño y la ausencia casi absoluta de turistas extranjeros), el gastronómico también aludió a los “improvisados” que trabajan en negro.
Pero donde más puso el énfasis fue en sus opositores: “Algunos compañeros creen que el sindicato es de su propiedad y creen que pueden tomar decisiones, unilateralmente, sin consultar. Y creen que pueden heredarles el sindicato a los hijos, pero eso es nepotismo”, señaló. Y dijo no estar, siquiera, enojado. “Estoy triste, pensé que era otra calidad de gente”, concluyó.
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