Un espectador distraído que mira en la televisión el anuncio de la campaña de verano en el cine del Ministerio de Cultura de Italia podría creer que ha elegido la época (o el canal) equivocado.
De hecho, entre los títulos que incitan al público a volver al teatro a precio reducido destacan “La ciociara” de Vittorio De Sica e “Il Gattopardo” de Luchino Visconti, ambos de 1960, cierto es que después del éxito inesperado del blanco y negro de Paola Cortellesi con “Todavía hay un mañana” todo es posible, pero la señal aún está por descifrarse: creemos tan poco en el cine de hoy que confiamos más en los éxitos de ayer?.
En realidad, en los últimos meses, la primera señal llamativa provino del excelente rodaje de la película “Hate” dirigida por Mathieu Kassowitz en 1995, que volvió a los cines en mayo en una versión restaurada en 4K gracias a la pequeña distribución Cat People y en pocos días recaudó casi 200.000 euros en más de 170 salas.
Poco antes, la reedición de “Scarface” de Brian De Palma había registrado una hazaña similar, mientras que tras el Oscar de Hayao Miyazaki por “The Boy and the Heron” y el triunfo de Wim Wenders con “Perfect Days” había logrado devolver al teatro las primeras obras de los dos maestros.
Si retrocedemos un poco más en el tiempo, basta pensar que, cuando la pandemia acaba de terminar en 2021, una nueva generación de espectadores abandonó por una noche la seguridad de las plataformas y volvió al cine para descubrir “In the Mood for Love” de Wong Karwai.
Hoy la tendencia se confirma con los resultados récord del festival “Il cinema redescubierto” de Bolonia, que cada año propone, incluso bajo las estrellas de la Piazza Maggiore, solo películas antiguas restauradas o redescubiertas.
La propia Cineteca de Bolonia había percibido un terreno favorable tanto desde el punto de vista del festival (produce “Il cinema redescubierto” siguiendo el modelo del Festival Lumiere de Lyon, Francia) como desde el punto de vista de la distribución con una serie de restauraciones realizadas en casa y luego comercializada en cines de calidad.
Mientras tanto, importantes muestras del cine restaurado se habían consolidado en los programas de festivales de Cannes, Venecia, Locarno y, en parte, Berlín, mientras que las productoras “históricas” se daban cuenta cada vez más de que tenían tesoros en reserva para explotar, con una operación competitiva para las secuelas repetitivas que Hollywood produce cada vez más: costos infinitamente más bajos – a menudo las llamadas restauraciones no son más que digitalizaciones en estándares más modernos como 4K – y el descubrimiento potencial de una nueva audiencia.
Este fue el caso de las obras maestras de Dario Argento (“Profondo rosso” y “Suspiria”), de títulos antiguos aptos para adolescentes sedientos de nuevo terror (“Cannibal Holocaust” de Ruggero Deodato), pero también de obras de calidad que la mayoría de los jóvenes cinéfilos no pueden encontrar fácilmente en plataformas o en TV paga.
Que se trata de un negocio con cierto valor lo demuestra la última edición del Marché du Film de Cannes, donde los stands más buscados por los compradores de derechos fueron precisamente los de los vendedores de gloriosas y antiguas bibliotecas, de Gaumont a MK2, de Pathé a los clásicos de Hollywood, Warner, Universal.
Así como ahora está claro que la señal ha sido recibida tanto por las empresas que reservan con alegría los primeros días de la semana para estas propuestas (cuando aún se espera la tanda semanal del jueves), como por las grandes empresas que aún dominan el mercado internacional.
Desde la semana pasada, Warner ofrece cada lunes un “episodio” del ciclo “Spider-Man”, empezando por el progenitor firmado por Sam Raimi en 2002, mientras que ahora también le toca el turno a la saga de Harry Potter (en cines italianos). En las últimas semanas, se han dado otros pasos importantes: tras el último festival de Cannes, llegó a los cines “Knock the Monster on the Front Page” de Marco Bellocchio (película que el director acompañó en una serie de avances como si se tratara su nueva obra) y “Lluvia de recuerdos”, el primero de los dibujos animados de Studio Ghibli que recibió la Palma de Oro honorífica y que la firma Lucky Red celebra ahora con una serie de reediciones de obras de Miyazaki.
Y Matteo Garrone, gracias al éxito mundial de “Io Capitano”, pudo proyectar en el cine la versión ampliada (una especie de montaje del director) de su “Dogman” de 2018.
Si se tiene en cuenta que, sobre todo, el cine europeo y asiático, son un auténtico pozo de descubrimientos para las nuevas generaciones, la “apuesta vintage” podría definirse como “un gran futuro a nuestras espaldas”.
La entrada El cine vintage se pone de moda se publicó primero en Periodismo del Mercosur.