31El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires avanza con la renovación integral del Puente Labruna, una intervención estratégica que mejorará la circulación entre Ciudad Universitaria, el Parque de Innovación y la Costanera. La obra, que beneficiará a más de 350 mil personas por día, se inaugurará en 2026.
Ya están en marcha las obras de ampliación y reconfiguración del Puente Labruna, ubicado junto al estadio Monumental. El proyecto, a cargo de Autopistas Urbanas Sociedad Anónima (AUSA), apunta a resolver uno de los principales cuellos de botella de la zona norte de la Ciudad, con mejoras significativas en conectividad peatonal, vehicular y ambiental.
“La readecuación del puente es una obra clave porque no sólo mejora la movilidad y reduce los tiempos de quienes lo cruzan a diario, sino también porque nos permite integrar la Ciudad con la Costanera”, aseguró el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, durante una recorrida por el lugar junto al ministro de Movilidad e Infraestructura, Pablo Bereciartua, y el presidente de AUSA, Juan Pablo Fasanella.
Como periodista y vecino de la Ciudad, he seguido de cerca la transformación urbana que se viene dando en zonas históricamente olvidadas en términos de infraestructura. El caso del Puente Labruna es paradigmático: durante décadas funcionó como un paso congestionado, inseguro y poco práctico, que conectaba dos polos fundamentales de la Ciudad —la Ciudad Universitaria y la Costanera— de manera deficiente.
Hoy, con las obras en marcha, el panorama empieza a cambiar. La intervención forma parte de un ambicioso plan de integración metropolitana que no sólo impactará en el tránsito vehicular, sino también en el modo en que los ciudadanos nos movemos y nos vinculamos con el entorno urbano y natural.
¿Qué se está haciendo y por qué importa?
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Conectividad clave: El nuevo puente facilitará el tránsito entre puntos neurálgicos como la Universidad de Buenos Aires (UBA), el CeNARD, el Parque de la Memoria, el Club Ciudad, el Monumental y el futuro Parque de Innovación.
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Obra en etapas: Para no colapsar la circulación actual, la ejecución se divide por fases. Actualmente se avanza en la rama Nordeste, que conecta Lugones con Cantilo, y en la construcción del puente cajón, por donde pasará la bajada de Lugones hacia Udaondo.
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Nuevas ramas vehiculares: Se agregarán conexiones directas de ingreso y egreso desde Lugones y Cantilo, lo que permitirá descomprimir la circulación diaria.
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Pasarela peatonal más amplia: Uno de los grandes cambios será la construcción de una nueva pasarela para peatones y ciclistas, más ancha, más segura, y pensada para conectar de forma eficiente con la estación Ciudad Universitaria del tren Belgrano Norte.
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Impacto ambiental positivo: Se espera una reducción significativa en los niveles de congestión y, por ende, en la contaminación del aire. La obra está pensada también con criterios de movilidad sustentable.
Jorge Macri fue contundente al señalar que esta obra es más que un puente: «Integra la Ciudad con el río, con la Costanera, con el futuro. Nos saca del encierro del tránsito y nos devuelve el espacio público». Y no exagera: la zona, que recibe más de 350 mil personas diariamente, pasará a contar con infraestructura moderna, segura y amigable con el entorno.
Uno de los aspectos que más me llamó la atención fue la dimensión del proyecto. No estamos hablando de un simple ensanche, sino de una reconfiguración completa del puente y su entorno:
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Carril Noroeste: Permitirá el cruce desde Udaondo hacia Ciudad Universitaria, sobre un viaducto que atravesará Lugones, Cantilo y las vías del tren.
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Carril Sureste: Permitirá el cruce desde Cantilo hacia el Parque de Innovación y la conexión con Lugones.
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Colectoras y plaza elevada: En la cabecera norte del Parque de la Innovación se construirá una plaza elevada, con acceso peatonal y ciclista jerarquizado, incluyendo rampas, terrazas y escaleras.
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Nueva conexión ferroviaria: El rediseño contempla la integración directa con la estación Ciudad Universitaria del ferrocarril Belgrano Norte, generando un corredor intermodal que facilitará los desplazamientos entre la UBA, el Parque y la Costanera.
Y como si todo esto fuera poco, a menos de 2 kilómetros de allí, ya se proyecta el Anillo de La Pampa, otra obra estructural que incluye un túnel vehicular bajo la avenida Lugones y un puente peatonal sobre la autopista Illia. Esta combinación de obras dará lugar a un sistema vial y peatonal más eficiente, ordenado y moderno, además de aportar una solución de fondo a décadas de problemas crónicos.
Desde el punto de vista urbano, esto representa un cambio de paradigma. Ya no se trata solo de pensar en autos, sino en personas. En su calidad de ministro de Movilidad, Pablo Bereciartua lo explicó mejor que nadie: “Queremos ciudades más vivibles, donde el transporte no sea un obstáculo, sino una herramienta para el encuentro”.
Caminar por la zona y ver las máquinas en acción, con obreros que día a día van moldeando esta nueva infraestructura, me recuerda que una ciudad mejor no se hace con discursos, sino con obras concretas. Y el nuevo Puente Labruna, sin dudas, será uno de esos símbolos de transformación real que dentro de poco dejarán de estar en planos para formar parte de nuestro día a día.