En el inicio de los actos oficiales por el 215° aniversario de la Revolución de Mayo, el Jefe de Gobierno porteño participó del izamiento del pabellón nacional y del tradicional Tedeum en la Catedral Metropolitana.
Con un gesto cargado de simbolismo, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, dio inicio a los actos oficiales del 25 de Mayo izando la bandera argentina en la histórica Plaza de Mayo. Acompañado por autoridades porteñas y su esposa, el mandatario participó también del Tedeum en la Catedral, reafirmando el compromiso con la reconstrucción de una patria más justa y unida.
“Feliz día para todos. Ojalá logremos reconstruir la Patria que cada argentino en cada rincón necesita: mi tarea es hacerlo desde la Ciudad. Este momento nos encuentra en un profundo cambio y creo que es una gran oportunidad para el país”, expresó Jorge Macri frente a la Agrupación Conjunta “25 de Mayo”, visiblemente conmovido por la solemnidad de la fecha.
La mañana del 25 de mayo amaneció fría pero despejada, y la Plaza de Mayo volvió a vestirse de celeste y blanco para conmemorar uno de los hitos fundacionales de nuestra historia. Como periodista y testigo presencial, pude ver cómo se vivía un clima de respeto, emoción y esperanza mientras se desarrollaban los actos protocolares.
En el marco del 215° aniversario de la Revolución de Mayo, Jorge Macri encabezó:
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El izamiento del pabellón nacional en el mástil central de la Plaza de Mayo, acompañado por el canto del Himno Nacional Argentino.
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El tradicional saludo patriótico: “En el día de la Patria, ¡buenos días!”, frente a la Agrupación Conjunta “25 de Mayo”.
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Un toque de silencio en memoria de los caídos en defensa de la Patria.
La ceremonia militar contó con la participación destacada de:
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Los Granaderos a Caballo “General San Martín”,
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El Regimiento de Infantería 1 Patricios,
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Y oficiales de la Policía de la Ciudad.
Junto al Jefe de Gobierno estuvieron presentes su esposa, María Belén Ludueña, la vicejefa de Gobierno Clara Muzzio, ministros del gabinete porteño, legisladores y otras autoridades.
Luego, Macri participó del solemne Tedeum celebrado por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, en la Catedral Metropolitana, una tradición que año tras año convoca a las máximas autoridades del país en una oración por la Nación. En su homilía, García Cuerva también hizo un llamado a la unidad, al diálogo y a la solidaridad en tiempos de cambio y desafíos sociales.
Este tipo de actos patrióticos nos recuerdan que la historia no es una pieza de museo, sino un espejo que nos obliga a pensar dónde estamos y hacia dónde vamos. En palabras del propio Jorge Macri: “Estos actos nos emocionan porque las fechas patrias nos permiten darle un sentido a todo lo que hacemos”.
Mientras los granaderos mantenían firme su formación, vi a varias familias acercarse a la reja de la Plaza para presenciar el momento. Algunos cantaban el himno con una mano en el corazón, otros simplemente escuchaban en silencio. Lo que flotaba en el aire era algo que a veces escasea en medio de tantas urgencias: el orgullo de ser parte de un país que, a pesar de todo, sigue de pie.
En esta fecha tan significativa, la Ciudad rindió homenaje a los valores que dieron origen a nuestra Nación. Y como periodista, como ciudadano, me quedo con esa imagen simple y poderosa de una bandera subiendo al cielo, recordándonos que cada uno, desde su lugar, tiene algo por lo cual luchar y construir. Porque la Patria, al fin y al cabo, se hace todos los días.
