Inicio Devotohoy La Ciudad amortiza deuda y libera recursos para inversión pública

La Ciudad amortiza deuda y libera recursos para inversión pública

23

Con un contundente pago de más de 330 millones de dólares, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cumplió con la primera cuota de amortización de la Serie 12 del Programa de Asistencia Financiera (CABA 27), reafirmando su compromiso con la sustentabilidad fiscal y consolidando su reputación como uno de los distritos más confiables del país en materia financiera.

Somos una de las jurisdicciones con mejor reputación crediticia del país y seguimos demostrando que honramos nuestros compromisos sin resignar la autonomía de la Ciudad, destacaron fuentes del Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño tras la operación.

El Gobierno porteño realizó el pago correspondiente a la primera cuota de la Serie 12 del Programa de Asistencia Financiera (CABA 27), que ascendió a un total de USD 330.012.000, discriminados en USD 296.637.000 de capital y USD 33.375.000 en concepto de intereses.

Esta erogación, que se efectuó en tiempo y forma, representa un paso clave dentro del proceso de saneamiento financiero encarado por la administración actual, que busca consolidar la solvencia de las cuentas públicas.

Gracias a una estrategia sostenida de administración de pasivos, la Ciudad logró reducir su deuda en un 65% desde 2017, cuando alcanzaba los USD 3.442 millones, ubicándose actualmente en los USD 1.211 millones.

Esto implica no solo una mejora significativa en los indicadores financieros, sino también una mayor autonomía de gestión y menor exposición a factores externos, en un país donde la inestabilidad económica y la volatilidad del dólar son moneda corriente.

El gobierno porteño se ha enfocado en mantener una política de ordenamiento y transparencia fiscal, priorizando la sostenibilidad a largo plazo por sobre medidas coyunturales.

En ese sentido, uno de los datos más ilustrativos es la drástica reducción del peso de los intereses de la deuda en el presupuesto, que cayó al 0,9%, su nivel más bajo en la historia reciente. En comparación, en 2024 representaba el 1,5%, mientras que en 2019 había llegado a un preocupante 9,4%.

Este escenario no es producto del azar. A lo largo de los años, la Ciudad de Buenos Aires ha sido ejemplo de cumplimiento financiero incluso en contextos adversos.

En el año 2001, cuando el país caía en uno de los peores colapsos económicos de su historia, la Ciudad no incurrió en default.

En 2020, en plena pandemia y frente a una fuerte crisis nacional, no adhirió a la reestructuración de deuda impulsada por el Gobierno nacional, optando por honrar sus compromisos en forma íntegra y puntual.

Desde entonces, y hasta la fecha, se han llevado a cabo múltiples operaciones de manejo de pasivos, con las que se buscó anticiparse a los vencimientos, mejorar el perfil financiero, balancear el mix de monedas (reduciendo la exposición al dólar), y minimizar los costos futuros de financiamiento.

Estas medidas no solo fueron efectivas, sino que posicionaron a la Ciudad como uno de los mejores sujetos de crédito del país, con acceso al mercado internacional de capitales incluso en un contexto de restricciones macroeconómicas.

La consistencia de estas políticas también ha sido reconocida en el ámbito internacional. Buenos Aires conserva una buena calificación de riesgo crediticio, lo cual facilita la toma de deuda en mejores condiciones cuando es necesario, y permite evitar acuerdos forzosos con tasas desfavorables o vencimientos poco realistas.

Cabe destacar que este tipo de gestión responsable también se traduce en beneficios concretos para los vecinos de la Ciudad: con menos recursos destinados a pagar deuda e intereses, hay más margen fiscal para invertir en infraestructura, salud, educación, seguridad y servicios esenciales.

Es decir, una administración eficiente de las finanzas públicas también tiene un impacto directo en la calidad de vida.

En contraste con muchas provincias que enfrentan restricciones presupuestarias, refinanciaciones constantes o incluso atrasos en pagos, la Ciudad de Buenos Aires logra mantener una solvencia sostenida, sin necesidad de recurrir a medidas extremas ni comprometer su funcionamiento cotidiano.

En una Argentina marcada por ciclos económicos inestables, el caso de la Ciudad resulta atípico y, al mismo tiempo, inspirador.

Como periodista que sigue de cerca la evolución financiera de los distritos argentinos, puedo afirmar que lo logrado por la Ciudad de Buenos Aires no es menor: mantener el equilibrio fiscal en medio de un contexto nacional volátil y complejo es una tarea titánica.

El pago reciente de más de 330 millones de dólares no es solo una cifra, es una señal clara de que una gestión ordenada, con visión de largo plazo, es posible. Y más aún: necesaria.