En el marco del Plan de Renovación Integral de Estaciones, Subterráneos de Buenos Aires S.E. (SBASE) anunció el cierre temporal de la estación Loria de la Línea A a partir del lunes 20 de octubre.
La medida, que se extenderá aproximadamente por tres meses, forma parte de una ambiciosa estrategia para modernizar la infraestructura del subte y mejorar la experiencia de viaje de miles de usuarios que utilizan el servicio a diario.
Estamos trabajando para que cada estación sea más accesible, segura y moderna, con estándares acordes a una red de transporte del siglo XXI, destacaron desde SBASE, al referirse a las obras que buscan poner en valor tanto la estética como la funcionalidad de los espacios del subte.
La estación Loria, ubicada en pleno corazón de la Línea A, entre las paradas de Castro Barros y Plaza Miserere, cerrará sus puertas por cerca de noventa días debido a una intervención integral que incluirá mejoras de infraestructura, iluminación, señalética y mobiliario.
Se trata de una de las etapas del plan que el Gobierno porteño lleva adelante desde hace varios años con el propósito de renovar por completo las estaciones más antiguas de la red.
Los trabajos contemplan una impermeabilización total de la estructura, mediante inyección de materiales especiales, sellado de juntas y aplicación de productos de última generación para evitar filtraciones.
A su vez, se renovarán pisos y paredes con materiales más resistentes y de fácil mantenimiento, se instalará iluminación LED para un consumo energético más eficiente y se reemplazará toda la señalización existente, incorporando cartelería braille en pasamanos y pórticos.
La modernización incluye también nuevo mobiliario en los andenes, como bancos, cestos y apoyos isquiáticos, siguiendo los estándares de diseño universal que buscan facilitar la movilidad de personas mayores o con discapacidad.
Además, se intervendrán los accesos, escaleras mecánicas y vestíbulos, para lograr un entorno más ordenado, accesible y confortable.
El cierre de Loria se suma al de otras estaciones actualmente en obra, como Río de Janeiro (Línea A), Carlos Gardel y Uruguay (Línea B), Plaza Italia y Agüero (Línea D).
Todas forman parte de un mismo cronograma de trabajos que prevé la intervención escalonada de diferentes paradas para evitar afectar gravemente la operación general de la red.
Desde SBASE explicaron que el objetivo del plan no solo es estético, sino también funcional y de seguridad.
“Renovar las estaciones implica mejorar la calidad del viaje, la seguridad estructural y la eficiencia energética. Son obras que, aunque temporales, tienen un impacto positivo a largo plazo para toda la red”, señalaron fuentes de la empresa estatal.
Hasta el momento, once estaciones ya fueron puestas en valor en distintas líneas: Castro Barros, Lima y Acoyte (Línea A); Pueyrredón y Pasteur-AMIA (Línea B); San Martín (Línea C); Bulnes, Facultad de Medicina, Scalabrini Ortiz y Palermo (Línea D); y Jujuy (Línea E).
Estas renovaciones implicaron una inversión significativa que permitió, según datos oficiales, una reducción del 30% en los costos de mantenimiento y un incremento del 15% en la luminosidad promedio de los andenes.
A su vez, trece paradores del Premetro también fueron remodelados, entre ellos Ana María Janer, Cecilia Grierson, Mariano Acosta, Ana Díaz, Escalada, Presidente Illia, Parque de la Ciudad, Pola, Centro Cívico Lugano, Nuestra Señora de Fátima, Intendente Saguier, Somellera y Fernández de la Cruz. Las obras en este servicio complementario permitieron mejorar la accesibilidad y la seguridad en zonas de alta circulación de pasajeros.
En los próximos meses, las tareas se ampliarán a otras estaciones de la red: Piedras y Congreso (Línea A), Malabia (Línea B) y Tribunales (Línea D) ya tienen obras confirmadas, mientras que se lanzaron licitaciones para la renovación de Medrano y Ángel Gallardo (Línea B), Lavalle e Independencia (Línea C), y General Urquiza y Entre Ríos (Línea E).
Con estos avances, el subte porteño busca ponerse a la altura de las principales redes de transporte del mundo, adoptando estándares internacionales de sustentabilidad, iluminación y accesibilidad.
Los trabajos de impermeabilización, señalética braille, y renovación de mobiliario se alinean con las políticas de movilidad urbana sostenible que la Ciudad impulsa en distintos frentes, desde el fomento del transporte público hasta la reducción de la huella de carbono.
Según especialistas en transporte urbano, la modernización de estaciones antiguas como Loria no solo mejora la experiencia de los usuarios, sino que también contribuye a preservar el patrimonio arquitectónico del subte, inaugurado en 1913 y considerado el primero de América Latina.
En ese sentido, las intervenciones se realizan respetando el diseño original de cada estación, combinando restauración patrimonial con tecnología contemporánea.
Asimismo, la renovación se integra al Plan de Movilidad 2030 del Gobierno de la Ciudad, que busca priorizar la conectividad, la accesibilidad y la reducción de tiempos de traslado.
“Cada estación renovada no es solo una obra, es una mejora directa en la vida de miles de personas que todos los días viajan, estudian y trabajan usando el subte”, remarcaron desde SBASE.
El cierre temporal de Loria representa un paso más hacia un subte más moderno, inclusivo y sustentable. Si bien las obras pueden generar demoras momentáneas, la apuesta de fondo es clara: transformar la red subterránea porteña en un sistema de transporte acorde a las necesidades del presente y preparado para los desafíos del futuro.
