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La Ciudad refuerza el Subte para eventos masivos

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La Ciudad de Buenos Aires vuelve a apostar por el transporte público como aliado clave de la cultura y los grandes espectáculos.

Esta semana, el Subte extenderá su horario en líneas estratégicas para acompañar recitales y eventos masivos, una decisión que impacta de manera directa en miles de personas que buscan regresar a sus hogares de forma más rápida, segura y sustentable.

“Entendemos que la movilidad es parte de la experiencia cultural”, señalan desde Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), al anunciar la extensión horaria de las líneas D y H en coincidencia con shows de alta convocatoria.

La medida, que comenzó como una prueba piloto hace un año, hoy se consolida como una política concreta de desconcentración urbana y acompañamiento a la agenda cultural porteña.

En los hechos, mañana miércoles 17 y el jueves 18, la Línea D funcionará hasta las 2 de la madrugada para facilitar el regreso de quienes asistan a los recitales de Airbag en el Estadio Monumental.

El último tren partirá desde la estación Congreso de Tucumán a la 1.30, punto clave por su cercanía con el estadio, y permitirá el descenso de pasajeros en estaciones estratégicas como Olleros, Palermo, Pueyrredón y 9 de Julio.

La selección no es casual: responde al análisis del flujo de usuarios y a la conectividad con otros medios de transporte, como colectivos y trenes metropolitanos.

La expectativa no es menor. Airbag convoca a decenas de miles de personas en cada presentación, y el Monumental suele convertirse, durante esas noches, en uno de los polos de mayor concentración humana de la ciudad.

Sin un esquema especial de transporte, la salida suele traducirse en demoras, saturación de colectivos, uso intensivo de autos particulares y aplicaciones de transporte, y mayores costos para el público.

En ese contexto, la extensión del Subte aparece como una herramienta concreta para ordenar la movilidad nocturna.

Algo similar ocurrirá el sábado 20, cuando el estadio de Huracán sea sede del espectáculo “Párense de Manos”, otro evento de alta convocatoria. En ese caso, el servicio especial estará a cargo de la Línea H, cuyo último tren partirá desde la estación Caseros a las 2.00 de la mañana.

Los pasajeros podrán descender en Humberto 1°, Once – 30 de Diciembre, Corrientes y Santa Fe – Carlos Jáuregui, estaciones elegidas por su capacidad de absorción de público y su conexión con múltiples líneas de colectivos y combinaciones de Subte.

Estas acciones se inscriben en una estrategia más amplia que busca consolidar al transporte público como la primera opción en eventos masivos.

Desde SBASE destacan que la extensión horaria no solo mejora la experiencia del usuario, sino que también reduce la dependencia del transporte privado, descomprime el tránsito y contribuye a una ciudad más ordenada y sustentable.

Según estimaciones oficiales, en cada operativo especial miles de personas optan por el Subte en lugar del auto, lo que implica menos emisiones contaminantes y menor congestión en zonas sensibles.

La política no es aislada. A la extensión puntual de las líneas D y H se suma la flexibilidad horaria que ya funciona de manera regular los viernes y sábados en la Línea B, una de las más utilizadas durante la noche por su traza y su conexión con áreas gastronómicas, culturales y de entretenimiento.

A un año de su implementación, el balance es positivo: la demanda creció, el servicio se estabilizó y la experiencia piloto dio lugar a nuevos esquemas de operación vinculados a eventos específicos.

Desde una mirada urbana, este tipo de medidas reflejan un cambio de paradigma. La ciudad ya no se piensa solo en términos de horarios administrativos, sino como un espacio vivo, con actividades nocturnas, recitales, festivales y espectáculos que requieren soluciones de movilidad acordes.

El Subte, históricamente asociado al horario laboral, empieza a ocupar también un rol protagónico en la noche porteña.

En definitiva, la extensión horaria del Subte frente a eventos masivos no es solo una respuesta logística, sino una señal clara de hacia dónde se orienta la política de transporte en Buenos Aires: más integración con la cultura, más planificación y un uso más inteligente del espacio público.

Un camino que, con resultados visibles, empieza a consolidarse como parte de la rutina urbana.