Una ciudad, múltiples patrimonios y un mismo pulso cultural: Buenos Aires se convierte este mayo en el escenario de una serie de encuentros donde el jazz, el tango, la historia y la memoria dialogan en bares notables y espacios patrimoniales, con entrada libre y el alma abierta.
Desde el Día Internacional del Jazz hasta profundas reflexiones sobre la Revolución de Mayo, el calendario porteño se llena de música, pensamiento crítico y redescubrimientos identitarios.
Queremos que el patrimonio no sea algo quieto o congelado, sino una herramienta para pensar quiénes fuimos y quiénes somos», señala Silvia Brunelli, una de las expositoras del ciclo “La Ciudad Moderna y sus Patrimonios”, y lo que plantea no es sólo una declaración, sino la esencia que atraviesa esta programación cargada de preguntas, sonidos y nuevas miradas.
El próximo miércoles 30 de abril, el mundo celebrará el Día Internacional del Jazz, una fecha instituida por la UNESCO en 2011 con la intención de subrayar el papel del jazz como herramienta de diálogo intercultural y cooperación internacional.
Buenos Aires no es ajena a esta convocatoria global y lo hará con una propuesta imperdible: el Jorge Retamoza Tango Jazz Cuarteto se presentará a las 19 h en La Ideal (Suipacha 384), en el barrio de San Nicolás.
Retamoza, acompañado por Agustín Spina en piano, Nicolás Acosta en contrabajo y Hernán Fernández en batería, abordará un repertorio donde los Beatles, Tom Jobim, Mariano Mores y Astor Piazzolla serán reimaginados en clave jazzera.
La propuesta no es sólo musical, es conceptual: fusionar sonidos que vienen de distintas raíces culturales para crear una nueva forma de entender las tradiciones musicales. Retamoza, reconocido por su búsqueda de nuevas sonoridades dentro del tango, es un exponente ideal para encarnar el espíritu de esta fecha.
El cruce entre tradiciones no se queda únicamente en la música. Durante el mes de mayo, la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico del GCBA propone una serie de charlas y conferencias en bares notables, retomando figuras, objetos y relatos que componen la identidad cultural de la ciudad. Todo con entrada libre y sin inscripción previa, hasta agotar la capacidad del lugar.
Uno de los puntos altos será el ciclo “Reflexiones en torno a la Revolución de Mayo”, que arranca el lunes 5 de mayo a las 17.30 en el Bar Cabildo (Perú 86), con una charla a cargo de José María Losada, quien revisará los actores sociales en pugna en 1810 y la dimensión real del proceso revolucionario.
Le seguirá el encuentro titulado “Tipografía para la Revolución”, el lunes 19 de mayo a las 18 hs en The Brighton (Sarmiento 645), dictado por Fabio Ares, que abordará la historia tipográfica detrás de los impresos de 1810 y el rol de la Imprenta de Niños Expósitos.
El cronograma también apuesta a cuestionar las narrativas hegemónicas de la historia. El miércoles 21 de mayo a las 17.30 hs, el investigador Omer Freixa ofrecerá la charla “Redescubriendo la Revolución de Mayo. Negros tras el filtro de una epopeya blanca”, donde pondrá en cuestión el silenciamiento sistemático de los afrodescendientes en los relatos patrióticos.
Por su parte, el ciclo La Ciudad Moderna y sus Patrimonios, que se desarrolla a lo largo del mes, incluirá dos conferencias notables.
El jueves 15 de mayo a las 18 hs, en el Bar El Federal (Carlos Calvo 599), la antropóloga Silvia Brunelli presentará su investigación “Bandoneón problemático y febril”, que examina el recorrido del instrumento más emblemático del tango entre Buenos Aires y Alemania, como símbolo de reapropiación cultural.
Cerrará el ciclo el lunes 26 de mayo a las 18 hs en el Bar La Poesía (Chile 502) con Sergio Pedernera y Eugenia González Moss, quienes hablarán sobre la influencia del paisajista Carlos Thays en la planificación de la ciudad moderna, un enfoque urbanístico y sensible que dejó una huella imborrable en parques y paseos porteños.
Estas actividades no son sólo eventos sueltos, sino una oportunidad para que nos volvamos a encontrar con los elementos que componen la identidad colectiva.
La ciudad, en su diversidad y contradicciones, se muestra como un espacio vivo donde la música, la historia y la reflexión no están encerradas en museos sino que circulan entre copas, charlas y sonidos.
En lo personal, valoro profundamente estos espacios donde el saber académico y el arte dialogan con el público común en entornos cotidianos como los bares notables. Es ahí, en esa comunión horizontal, donde el patrimonio se vuelve algo cercano, vital y necesario.
Mayo se convierte así en un mes para hacer memoria, redescubrir sonidos y pensarnos colectivamente. No se trata sólo de recordar el pasado, sino de interpretarlo desde nuevas voces y lenguajes. Porque la identidad, como el jazz, se reinventa con cada nota.
