
En tiempos donde la visibilidad de las mujeres en la historia sigue siendo una deuda pendiente, el reconocimiento legislativo al libro «Heroínas en Puerto Madero. Mujeres audaces que desafiaron prejuicios e hicieron historia» representa un acto de reparación simbólica.
La autora, Mirta Jajam Waitzman, no solo rescata biografías olvidadas, sino que enciende una luz sobre aquellas mujeres que desafiaron el orden patriarcal y dejaron huella en la construcción de una Argentina más justa.
Este libro es un acto de justicia. Es poner el foco donde muchas veces se ha evitado mirar: en las mujeres que hicieron historia cuando la historia se escribía sin ellas, afirmó emocionada la diputada Jessica Barreto durante el acto en el Salón Presidente Alfonsín, donde se celebró la declaración de Interés para la Comunicación Social por parte de la Legislatura porteña.
El homenaje tuvo lugar en uno de los salones más representativos de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y reunió a referentes políticos, culturales y sociales que acompañaron el reconocimiento al libro editado por Dunken.
La obra se presenta como una valiosa herramienta de divulgación histórica que busca rescatar la figura de mujeres que, con valentía y determinación, contribuyeron al desarrollo de la sociedad argentina y latinoamericana.
«Heroínas en Puerto Madero…» no es una biografía colectiva al uso. Es un puente entre la memoria y el presente, una recopilación bilingüe (español-inglés) ilustrada que recupera el legado de científicas, educadoras, artistas, escritoras, médicas y luchadoras sociales, cuyos nombres hoy identifican las calles del barrio más moderno de la ciudad, Puerto Madero. Muchas de ellas, como Cecilia Grierson, Juana Manso o Azucena Villaflor, tuvieron que abrirse paso entre resistencias y mandatos que buscaban relegarlas al anonimato. Hoy, sus nombres resuenan con fuerza gracias a trabajos como el de Waitzman.
El texto tiene una particularidad que lo vuelve especialmente accesible: su lenguaje claro, cercano, pedagógico, pensado para llegar no solo a especialistas sino a cualquier lector curioso que se acerque por primera vez a estos nombres.
La escritora logra entrelazar las trayectorias personales con los contextos políticos y sociales de cada época, generando un relato que no solo informa, sino que interpela.
Durante la presentación, Mirta Jajam Waitzman compartió con el público los orígenes de la obra. “Este libro nace de la observación diaria de las calles que transitamos.
Puerto Madero tiene nombres de mujeres, pero pocas veces sabemos quiénes fueron. Entonces me pregunté: ¿por qué no contamos sus historias?”, explicó.
La autora también agradeció el respaldo legislativo y subrayó la importancia de que estas iniciativas trasciendan lo simbólico para convertirse en políticas públicas de memoria, igualdad y educación.
La diputada Jessica Barreto, promotora del proyecto, también remarcó que esta distinción es una forma de “reivindicar a todas las mujeres que hicieron patria desde el anonimato”.
Destacó que la iniciativa recibió amplio consenso político y celebró que desde el ámbito legislativo se apoyen propuestas culturales que refuercen el compromiso con la equidad y la memoria colectiva.
Desde el punto de vista educativo, Heroínas en Puerto Madero puede convertirse en una herramienta pedagógica potente. Su estructura accesible y su enfoque plural permiten que la publicación sea utilizada tanto en las aulas de nivel medio como superior.
“Este tipo de libros tiene el potencial de generar un cambio en las nuevas generaciones. Nos obliga a revisar lo aprendido y preguntarnos cuántas historias nos quedaron afuera por haber sido escritas desde una mirada hegemónica y masculina”, reflexionó una docente presente en el acto.
Las estadísticas respaldan la urgencia de este tipo de trabajos. Según un estudio del Instituto Nacional de las Mujeres, apenas el 7% de las referencias en manuales escolares a protagonistas de la historia argentina menciona a mujeres.
Además, de los monumentos públicos en la Ciudad de Buenos Aires, solo el 3% está dedicado a mujeres reales. Frente a ese panorama, Heroínas en Puerto Madero emerge como una pequeña gran revolución editorial.
A lo largo de sus páginas, el lector podrá redescubrir a figuras como Alicia Moreau de Justo, defensora incansable de los derechos civiles; a María Remedios del Valle, “la madre de la patria” afrodescendiente invisibilizada por décadas; o a mujeres del mundo del arte como Lola Mora, pionera en un ámbito que la rechazó sistemáticamente por su género. El recorrido se convierte en una verdadera cartografía de la lucha femenina por ocupar su lugar en la historia.
Al concluir el evento, las palabras de Mirta Jajam Waitzman resonaron con fuerza: “No escribí este libro solo para recordar, lo hice para que no volvamos a olvidar”. Una frase que resume el espíritu de esta publicación y que invita a mirar nuestro pasado con otros ojos: más justos, más amplios, más humanos.
Como periodista y como mujer, no puedo evitar emocionarme al ver cómo una obra como Heroínas en Puerto Madero logra colarse entre la rutina de la política institucional y convertirla, al menos por un momento, en un acto de reconocimiento y memoria. Celebrar a estas mujeres no es solo justicia: es también un gesto de futuro.