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La Policía de la Ciudad suma chalecos con rastreo en tiempo real

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Con el objetivo de reforzar la seguridad y profesionalizar el equipamiento de la fuerza, el Gobierno porteño comenzó a distribuir chalecos antibalas de última generación que permiten rastrear a cada agente mediante un chip inteligente conectado al celular policial.

Esta medida busca mejorar la respuesta operativa ante situaciones de riesgo y avanzar hacia un modelo de seguridad más moderno y eficiente.

La incorporación de chalecos antibalas con tecnología de rastreo marca un nuevo hito en la política de seguridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En total, ya se entregaron 877 unidades de los nuevos chalecos Delta Stop III a los egresados de la 13ª promoción de la Policía de la Ciudad, y se prevé la compra de otras 7 mil unidades que serán distribuidas tanto como reemplazo del stock actual como para nuevos agentes.

Estos chalecos de protección balística RB3 están diseñados para soportar impactos de armas de fuego calibre 9 milímetros y .44 magnum, así como ataques con armas blancas.

Pero la verdadera innovación está en la integración de un chip electrónico inteligente, similar a un TAG, que permite geolocalizar a cada efectivo en tiempo real mediante una conexión con el teléfono oficial que porta cada agente.

Este sistema funciona a través de tecnología Bluetooth Low Energy (BLE) y puede conectarse con plataformas existentes como el 911, brindando una herramienta clave para el seguimiento y la toma de decisiones en emergencias.

El chaleco cuenta además con un acelerómetro que detecta movimientos bruscos, lo cual puede ser indicativo de que el policía está en una situación de peligro.

La función de trazabilidad de uso permite saber quién utilizó el chaleco, por cuánto tiempo y durante qué turnos, garantizando control de identidad y evitando su uso no autorizado.

En este sentido, el chaleco se convierte en una herramienta no sólo de protección física, sino también de gestión operativa, ya que puede emitir alertas de mantenimiento y garantizar que cada unidad esté en condiciones óptimas.

“Los nuevos chalecos son más livianos, modernos y eficientes. Ya están en manos de los nuevos oficiales y nos permiten tener una visión más clara de lo que ocurre en las calles”, detalló Horacio Giménez, ministro de Seguridad de la Ciudad.

A diferencia de los teléfonos móviles, los chalecos actúan como dispositivos pasivos de monitoreo, lo que significa que su única función es transmitir datos relacionados con su uso y la ubicación del efectivo que lo porta, sin necesidad de que el policía intervenga activamente.

Esta pasividad le da confiabilidad al sistema y garantiza un monitoreo constante del recurso humano en tiempo real, algo fundamental para un cuerpo de seguridad que busca estar a la altura de los desafíos actuales.

Esta medida se enmarca dentro de una estrategia más amplia de modernización de la Policía de la Ciudad.

Además de estos chalecos inteligentes, el Gobierno porteño viene incorporando armas de baja letalidad, celulares POC para comunicación directa con centros de comando, más motos y cuatriciclos para patrullaje, y también nueva infraestructura tecnológica para la gestión del personal y de los recursos.

La capacitación permanente, el fortalecimiento de los recursos humanos y la adopción de nuevas tecnologías forman parte de una misma visión: la de una policía más cercana, mejor equipada y más profesional.

Para Jorge Macri, esto es clave: “No hay progreso sin orden. Por eso invertimos en seguridad y tecnología. Queremos que los vecinos vivan con libertad y tranquilidad”.

La apuesta por estos nuevos chalecos inteligentes también permite anticiparse a situaciones críticas. En caso de una emergencia, la central puede detectar inmediatamente cambios en el movimiento del efectivo, visualizar su ubicación y coordinar una respuesta rápida, evitando pérdidas de tiempo y aumentando las probabilidades de que el policía reciba asistencia o respaldo a tiempo.

En muchos casos, los primeros minutos tras un enfrentamiento o un ataque son decisivos. El rastreo en tiempo real puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Y en un contexto en el que la violencia urbana y los delitos complejos requieren acciones inmediatas, este tipo de tecnología puede ser un aliado fundamental.

Desde la cartera de Seguridad explican que este sistema no reemplaza al trabajo humano, pero lo potencia.

“No estamos hablando de reemplazar al policía, sino de darle mejores herramientas. Queremos que cada agente pueda hacer su trabajo sabiendo que tiene respaldo tecnológico y que, si algo ocurre, lo sabremos de inmediato”, indicaron fuentes del Ministerio.

Al mismo tiempo, aseguran que el control sobre los recursos entregados es un aspecto que se venía descuidando en gestiones anteriores.

La trazabilidad permitirá también detectar irregularidades, controlar rotaciones de equipamiento, y optimizar la inversión pública, que en este caso se traduce en mayor eficiencia y transparencia.

Otro dato no menor es el peso liviano y el diseño ergonómico de los nuevos chalecos. Esto permite mayor comodidad para los efectivos durante jornadas extensas y calurosas, reduciendo el desgaste físico y mejorando la movilidad, algo clave en operativos de despliegue rápido o en zonas de difícil acceso.

La iniciativa se suma a otras acciones como el uso de drones, cámaras de seguridad con inteligencia artificial, lectura de patentes en tiempo real y patrullajes coordinados mediante GPS.

Todo este ecosistema tecnológico, según explican desde el Ejecutivo porteño, apunta a consolidar una policía del siglo XXI.