
Bruselas (EuroEFE).- La Comisión Europea quiere desarrollar el mercado europeo de servicios para los drones del futuro, que van desde los taxis para desplazar pasajeros hasta las entregas de medicinas en lugares de difícil acceso, pero sin descuidar aspectos como el ruido, la seguridad o la privacidad.
«Con el marco adecuado establecido, el mercado de servicios de drones en Europa podría tener un valor de 14.500 millones de euros y crear 145.000 puestos de trabajo para 2030», declaró en rueda de prensa la comisaria europea de Transporte, Adina Valean.
El plan del Ejecutivo comunitario, bautizado como «Estrategia de Drones 2.0», prevé que en 2030 los drones tengan mucha mayor presencia en la vida de los ciudadanos, especialmente en servicios de emergencias, cartografía, inspección y vigilancia, entregas de envíos médicos urgentes o taxis, primero con piloto y después completamente autónomos.
Para que todos esos usos de los dispositivos voladores puedan pasar de prototipos y ensayos a una realidad generalizada, innovadora y con escasa dependencia estratégica, es necesario identificar componentes tecnológicos fundamentales como «la inteligencia artificial, la robótica, los semiconductores y los servicios espaciales y las telecomunicaciones móviles de la UE».
La Comisión, que con la estrategia no desarrolla aún acciones legales concretas sino que esboza las áreas por las que avanzar, buscará también crear «sinergias entre los drones civiles y de defensa».
Bruselas no parte de cero y se apoya, entre otros, en tres reglamentos conocidos como «U-Space» que se diseñaron el año pasado y que entrarán en funcionamiento en 2023, que introducen nuevas normas ecológicas y de seguridad para las operaciones con drones y con aeronaves tripuladas.
Estos, en concreto, armonizan las condiciones necesarias para que las aeronaves tripuladas y no tripuladas puedan operar con seguridad, para evitar colisiones entre ellas y para mitigar los riesgos del tráfico en espacios urbanos y suburbanos, así como junto a centros logísticos y aeropuertos.
Los enjambres de drones que poco a poco irán operando más en entornos urbanos y regionales tendrán que ser seguros y satisfacer las necesidades de las empresas, pero Bruselas también quiere que satisfagan «las expectativas de los ciudadanos con respecto a la privacidad y la seguridad», agregó Valean.
«Las autoridades municipales tendrán que identificar los lugares adecuados para la infraestructura y comprometerse con los ciudadanos para conseguir aceptación (…). En nuestros estudios hemos visto que, aunque hay una gran emoción sobre el desarrollo de los drones, pero la seguridad» es una cuestión a mejorar, dijo.
Por ejemplo, se incentivará «la seguridad de edificios e infraestructuras críticas» para que el posible «daño de un dron secuestrado sea mínimo».
«Tenemos que aceptar estos desarrollos futuros. Es un sector muy dinámico. Lo que queremos hacer aquí es crear un sistema muy seguro y estable», señaló la comisaria.
En concreto, el Ejecutivo comunitario trabajará los aspectos mencionados en diecinueve líneas de acción que van desde nuevas reglas para la aeronavegabilidad y nuevos requisitos de capacitación para pilotos de aeronaves remotas y financiar la creación de una plataforma digital que ponga en contacto a las partes interesadas.
Desarrollará también una hoja de ruta tecnológica para identificar las áreas prioritarias para la investigación, las dependencias existentes y las que puedan surgir o diseñar los criterios para una etiqueta voluntaria de ciberseguridad para drones. Editado por Miriam Burgués. © EFE.
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