Contrario a lo que mucha gente puede pensar, la preferencia por no recibir visitas en casa, lejos de ser un signo negativo, es interpretada por la psicología como una legítima manifestación de autocuidado emocional. Para muchas personas, el hogar trasciende su función física para convertirse en un refugio íntimo y personal, un espacio vital donde recargar energías y proteger el bienestar. Por eso, esta necesidad de resguardo no implica necesariamente un problema o un rechazo a los demás, sino una estrategia consciente y válida para cuidar de uno mismo y mantener el equilibrio mental.
Según Noticias 24 Hrs, en primer lugar, se asocia con la introversión o un estilo de personalidad reservado. Individuos con estas características recargan sus fuerzas cuando están solos o en silencio, ya que encuentran agotador el estímulo social constante y la interacción prolongada. En segundo lugar, puede ser una forma de protección emocional. Abrir la puerta del hogar a otros a menudo se percibe como abrir el propio mundo interior y exponerse. Cuando hay falta de energía o un desgaste emocional previo, esta exposición puede generar una profunda incomodidad y vulnerabilidad, por eso a veces es mejor protegerse de estímulos indeseados.
Un tercer factor es el agotamiento social o el estrés acumulado. Tras jornadas laborales o personales con alta demanda interpersonal, lo que más se busca es la tranquilidad y evitar tener que “estar a disposición” de los demás. En este contexto, no querer visitas se convierte en un acto de autocuidado, ya que se reconocen y respetan los propios límites. Como señala la especialista Marian Rojas, decir “no” a las visitas no es un acto de egoísmo, sino de sabiduría emocional, donde se prioriza la salud mental y el bienestar personal.
La entrada ¿No querer recibir visitas en casa es una conducta de autocuidado o un equilibrio mental de rechazo? se publicó primero en Barrio Norte.
 
		 
	