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Primer barrio porteño con recolección sin contenedores

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La Ciudad de Buenos Aires dio un paso firme hacia la modernización de la gestión de residuos: Puerto Madero se convirtió en el primer barrio porteño en implementar la recolección puerta a puerta, eliminando los contenedores de la vía pública y cambiando por completo la dinámica de limpieza urbana.

Es un modelo pensado para la realidad de este barrio, con edificios de alta densidad y una fuerte presencia de locales gastronómicos y oficinas.

El objetivo es simple: menos basura en la calle y más limpieza en el día a día de vecinos y visitantes, explicaron desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, al presentar la iniciativa.

La medida, que se venía gestando desde principios de año con una prueba piloto, alcanzó en septiembre su consolidación tras la remoción definitiva de 135 contenedores en todo el barrio.

Se trata de una transformación que involucra más de 10 toneladas de residuos húmedos y 5 toneladas de reciclables que, en lugar de acumularse en la vía pública, ahora son retirados directamente edificio por edificio.

El esquema se complementa con 59 puntos de recolección puerta a puerta, diseñados para atender a más de 200 grandes generadores entre comercios, restaurantes, hoteles y consorcios.

La llamada “descontenerización” apunta a un cambio cultural además de operativo. Según datos del propio Gobierno porteño, este nuevo modelo reduce la presencia de residuos mal dispuestos en la vía pública, minimiza olores desagradables y, al mismo tiempo, refuerza la percepción de orden y seguridad en las calles.

“Puerto Madero necesitaba un sistema que se ajuste a su trama urbana particular, que es distinta a la de otros barrios”, remarcaron desde el Ejecutivo local.

Durante todo el proceso de implementación se desarrollaron más de diez jornadas de concientización entre los vecinos, que incluyeron entrega de material gráfico y reuniones informativas.

El desafío no fue menor: explicar cómo y cuándo sacar los residuos en un barrio en el que conviven familias, torres de oficinas y polos gastronómicos que generan basura de manera muy distinta.

El nuevo sistema mantiene la frecuencia de recolección habitual, garantizando que no se resientan los servicios ni se acumule basura.

Al mismo tiempo, continúa vigente el esquema de separación de residuos reciclables, un aspecto clave en la estrategia de sustentabilidad de la Ciudad.

Según cifras oficiales, actualmente se controlan más de 80 puntos de recolección privada para garantizar que cada etapa se cumpla como lo planificado.

Especialistas en gestión ambiental destacan que el cambio puede ser el puntapié para llevar esta modalidad a otros barrios porteños.

La experiencia de Puerto Madero puede convertirse en un laboratorio urbano para medir impacto, eficiencia y aceptación social.

Si funciona acá, puede replicarse en zonas de similares características, señaló la urbanista María Paula Ríos en diálogo con medios locales.

El Gobierno porteño, por su parte, sostiene que el modelo no sólo responde a un problema estético, sino que busca elevar la vara en materia de estándares internacionales.

“La limpieza urbana es también una carta de presentación de la Ciudad, sobre todo en barrios turísticos como Puerto Madero. Estamos convencidos de que este paso nos acerca a las grandes capitales del mundo”, expresó un funcionario de Espacio Público.

En términos económicos, la iniciativa también representa un desafío. La logística de retirar residuos puerta a puerta requiere coordinación fina entre empresas de recolección, consorcios y comercios, además de controles continuos.

Sin embargo, fuentes del sector aseguran que, si bien la operación es más detallada, los beneficios en términos de limpieza, imagen urbana y reducción de costos de mantenimiento superan las dificultades.

Vecinos consultados se mostraron divididos en las primeras semanas: algunos destacaron la mejora en la limpieza de las calles y la desaparición de los olores, mientras que otros señalaron cierta confusión inicial con los horarios y formas de disposición de residuos.

Con el correr de los meses, la expectativa oficial es que la modalidad se naturalice y el barrio se convierta en un ejemplo a seguir.

Puerto Madero, con su identidad de barrio moderno y turístico, vuelve a ser pionero en políticas urbanas que buscan marcar tendencia.

Lo que hoy comenzó como una iniciativa innovadora puede convertirse en un modelo replicable en otras comunas de Buenos Aires, siempre que se adapten las particularidades de cada territorio.

Con esta medida, la Ciudad de Buenos Aires no sólo apuesta a la limpieza, sino también a una nueva forma de pensar la relación entre vecinos, comercios y espacio público. Una gestión más cercana, ordenada y con visión de futuro.