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Vacunación y desparasitación con postas móviles en la Ciudad

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Con el objetivo de garantizar la salud pública desde una mirada integral, el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur retoma este junio su recorrido por los barrios porteños con postas móviles que ofrecen atención veterinaria gratuita y sin turno.

La iniciativa se desplegará en diversas zonas de la Ciudad de Buenos Aires, acercando a los vecinos vacunación antirrábica, desparasitación, tratamiento de sarna y más, sin necesidad de trasladarse hasta un centro especializado.

Trabajamos para que todos los vecinos, sin importar dónde vivan, tengan acceso al cuidado preventivo de sus animales.

La salud animal también es salud pública, destacó un profesional del Instituto Pasteur durante una jornada en el Bajo Flores, una de las zonas donde más se valoran estas postas.

Durante todo el mes de junio, el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur refuerza su compromiso con la salud comunitaria mediante una campaña itinerante de atención veterinaria gratuita.

Esta acción tiene como eje la prevención de enfermedades zoonóticas —aquellas que pueden transmitirse entre animales y personas— y la promoción del bienestar animal, especialmente en sectores vulnerables donde el acceso a servicios veterinarios suele ser limitado.

Las postas móviles están instaladas en clubes barriales, plazas y centros comunitarios. En cada parada, profesionales de la salud animal realizan vacunación antirrábica para perros y gatos mayores de tres meses, desparasitación en cachorros desde el mes de vida y también en adultos, tratamiento de sarna y estudio de psitacosis en aves domésticas.

Estas acciones buscan reducir riesgos sanitarios y mejorar la calidad de vida tanto de los animales como de las personas que conviven con ellos.

El cronograma cubre zonas del sur y oeste de la Ciudad, como Bajo Flores, Barracas, La Boca, Liniers, Parque Chacabuco y Villa Lugano.

En estos barrios se concentran muchas familias que conviven con mascotas, pero que por razones económicas o de movilidad no pueden acceder fácilmente a servicios veterinarios.

Esta iniciativa permite que, sin turno y con atención directa, cientos de vecinos puedan acercarse a cuidar a sus animales sin costo.

Según datos del Instituto, solo en 2023 se aplicaron más de 90.000 vacunas antirrábicas en todo el territorio porteño a través de estas postas móviles y centros fijos.

Además, los operativos en barrios populares suelen concentrar una mayor demanda, lo que da cuenta de una necesidad sostenida y creciente en esos sectores.

Uno de los casos destacados es el del Barrio 11114, en el Bajo Flores, donde las postas se instalarán en tres oportunidades durante el mes, reflejo de la alta convocatoria de ediciones anteriores. “Nosotros venimos cada vez que están. Tenemos tres perros y dos gatos, y esto nos ayuda muchísimo.

No podríamos pagar un veterinario particular”, cuenta Sandra, vecina del barrio, mientras sostiene a su perro en la fila para recibir la vacuna.

La rabia, si bien está controlada en la Ciudad gracias a campañas sostenidas, sigue siendo una amenaza en áreas donde no se cumple el calendario de vacunación. En tanto, otras enfermedades como la sarna o los parásitos internos pueden deteriorar rápidamente la salud del animal y afectar la convivencia dentro de los hogares.

Además, estas postas no solo cumplen una función sanitaria. Se transforman en espacios de encuentro, información y concientización.

Los profesionales también orientan a los vecinos sobre cuidados básicos, alimentación, castración y adopción responsable. “Hay mucha desinformación sobre cómo cuidar bien a una mascota. Acá te explican, te dan consejos y hasta te cuentan cómo tramitar una castración”, comparte Matías, vecino de La Boca.

Este despliegue forma parte de una política pública que pone a la salud pública como un concepto integral.

En efecto, la atención a animales domésticos no es un tema menor: es prevención de enfermedades, cuidado del entorno, y también una manera de acompañar a las comunidades en su día a día.

En muchos casos, las mascotas cumplen un rol emocional y social clave en los hogares, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.

También hay un componente ambiental en esta acción. El control de enfermedades como la psitacosis —una infección bacteriana que puede transmitirse de aves a humanos— es central en lugares donde es habitual la crianza de aves en domicilios. Los estudios preventivos permiten evitar brotes y actuar con rapidez si se detectan casos.

Como vecino y periodista, pude ver en primera persona la importancia de estas iniciativas. No se trata solo de vacunas o tratamientos: se trata de empatía, cercanía y un Estado que reconoce que la salud de los animales también es parte de nuestra salud. Las postas del Instituto Pasteur no solo cuidan mascotas, también fortalecen la comunidad.