Durante años, el sexo se consideró una necesidad universal, un motor biológico y emocional que forma parte esencial de la vida humana. Pero un nuevo estudio publicado en la revista científica PNAS (2025) muestra que una parte de la población parece vivir perfectamente sin él.
La investigación, liderada por el genetista Abdel Abdellaoui, analizó los datos de más de 400.000 personas del Biobanco del Reino Unido y de otros 13.500 en Australia para entender por qué algunas personas nunca tienen relaciones sexuales. El trabajo combina genética, psicología y factores sociales para explicar una “vida sin sexo”.
Aproximadamente el 1 % de la población declaró no haber tenido nunca relaciones sexuales. Aunque algunos no sienten deseo, otros simplemente no encontraron las condiciones o los vínculos adecuados.
Los datos muestran que las personas sin vida sexual tienden a ser más educadas, solitarias y menos felices, aunque también consumen menos alcohol y tabaco. En los hombres, la falta de sexo se asocia con menor fuerza física, ingresos más bajos y dificultad para generar confianza. En las mujeres, influyen más la soledad y la religiosidad.
Uno de los hallazgos más novedosos es la heredabilidad genética moderada: un 17 % en hombres y un 14 % en mujeres. Los autores aclaran que no existen “genes del celibato”, sino combinaciones genéticas que interactúan con el entorno y la cultura.
El estudio también plantea un dilema evolutivo: si la inteligencia y la educación están vinculadas a una menor vida sexual, podría deberse a que, en las sociedades modernas, el sexo y la reproducción ya no van necesariamente de la mano.
La “vida sin sexo”, concluyen los investigadores, no puede entenderse como una sola cosa. Para algunos es una elección; para otros, una consecuencia de la desigualdad, la ansiedad o la falta de oportunidades sociales.
Fuentes: Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). / EL Kilombo
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