En un emotivo acto celebrado en la Ciudad de Buenos Aires, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, reafirmó el compromiso del Ejecutivo local con los derechos de la infancia, al participar de la conmemoración por los 40 años de presencia de UNICEF en la Argentina.
La jornada reunió a referentes del ámbito político, diplomático, artístico y de organizaciones internacionales, en una señal clara de que la niñez sigue siendo una prioridad indelegable.
La presencia de UNICEF en nuestro país ha sido motor, voz y contención para quienes más lo necesitan. Nos recuerda que cuidar a los más chicos es el comienzo de cualquier sociedad que quiera proyectarse en serio al futuro, expresó Jorge Macri, visiblemente emocionado, frente a una audiencia atenta que colmó el salón del evento.
El encuentro, cargado de emoción y compromiso, tuvo lugar en el marco de los 40 años de trabajo ininterrumpido de UNICEF en la Argentina, una institución que desde 1985 acompaña políticas públicas, impulsa programas sociales y vela por los derechos de niños, niñas y adolescentes en todo el país.
En representación del gobierno porteño, acompañaron a Macri el Secretario General y de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo; el Ministro de Desarrollo Humano y Hábitat, Gabriel Mraida; la Subsecretaria de Relaciones Internacionales, Ana Ciuti; y el Director General de Relaciones Institucionales, Mariano Lomolino.
Durante el acto, se proyectó un video institucional que sintetizó cuatro décadas de trabajo intenso de la organización, y se repasaron hitos claves en materia de salud, educación, inclusión, protección y participación infantil.
Los embajadores de buena voluntad de UNICEF, Natalia Oreiro y Julián Weich, compartieron sus vivencias y destacaron la evolución de las iniciativas que apoyaron desde su rol público.
“Cuando empecé a colaborar con UNICEF, conocí realidades que estaban invisibilizadas para muchos. Hoy me llena de orgullo ver cuánto se avanzó, pero también cuánto nos falta”, confesó Oreiro conmovida. Weich, por su parte, remarcó la importancia de un Estado presente: “Sin decisión política no hay transformación posible. Y esa decisión hoy está acá”.
El representante de UNICEF en Argentina desde 2024, Rafael Ramírez Mesec, tomó la palabra para agradecer a todas las personas e instituciones que durante años se comprometieron con la causa de la infancia. “Nuestro trabajo no es solitario.
Es un esfuerzo colectivo que sólo tiene sentido si logra cambiarle la vida a cada chico y chica que necesita apoyo, contención y oportunidades reales”, afirmó.
Las cifras respaldan la necesidad de profundizar este tipo de políticas: según datos de la propia UNICEF, en Argentina uno de cada dos chicos vive en situación de pobreza, lo que representa más de 6 millones de niñas, niños y adolescentes. Además, alrededor del 14% sufre inseguridad alimentaria severa.
En este contexto, el papel del organismo se vuelve fundamental para articular esfuerzos entre los distintos niveles del Estado, la sociedad civil y el sector privado.
El compromiso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la infancia ha tenido avances concretos en los últimos años, como la ampliación de los Centros de Primera Infancia, la implementación de programas de salud materno-infantil, la mejora de la infraestructura escolar y políticas de acompañamiento en situaciones de vulnerabilidad social.
Aún así, las desigualdades persisten y el desafío es gigantesco: garantizar condiciones de desarrollo equitativo para todos los niños, sin importar el barrio o la condición económica en la que nacieron.
Jorge Macri subrayó la necesidad de pensar políticas a largo plazo, con una mirada transversal que atraviese ministerios y niveles de gobierno: “No podemos hablar de futuro sin hablar de infancia.
Y no hay infancia plena sin acceso a la salud, la educación y la contención familiar y comunitaria. Por eso, cada decisión que tomamos tiene que tener ese foco”.
La conmemoración fue también una oportunidad para tender puentes entre distintas esferas de acción: estuvieron presentes representantes diplomáticos, funcionarios nacionales, autoridades del sector privado, legisladores y dirigentes de organizaciones de la sociedad civil. Todos coincidieron en la importancia de trabajar de manera articulada y sostenida en el tiempo.
El trabajo de UNICEF, que abarca 190 países y territorios, se basa en principios universales de los derechos humanos y en tratados internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño, de la cual Argentina es parte desde 1990.
A nivel local, el desafío sigue siendo transformar esos compromisos en políticas efectivas, especialmente en un contexto de crisis económica y social.
Desde su sede en Buenos Aires, el organismo despliega programas en todo el país, con especial foco en las provincias del norte y en comunidades indígenas, rurales y periurbanas donde se concentran los mayores índices de vulnerabilidad.
La acción de UNICEF incluye desde la capacitación docente hasta la provisión de recursos para comedores escolares, pasando por campañas de vacunación, acceso a agua segura y programas de inclusión digital.
Como cronista de este evento, me retiré con la sensación de haber presenciado algo más que un simple acto institucional.
Fue una muestra de que, en medio de tantas urgencias, hay causas que logran unir voces diversas en una misma dirección: cuidar, proteger y empoderar a nuestras infancias.
Y si bien la tarea está lejos de estar terminada, es reconfortante saber que hay voluntades dispuestas a seguir caminando en ese sentido, incluso cuando el camino se vuelve cuesta arriba.
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